martes, 29 de abril de 2014

En defensa de la literatura

En defensa de la literatura
 
“Leer es descubrir insospechados caminos hacia nosotros mismos”, dice Octavio Paz. Creemos en estas palabras, por ello durante casi dos décadas hemos trabajado en la tarea ardua, feliz y apasionada de formar jóvenes lectores en la ENP (a contracorriente de burocracias que pretenden cosificar a alumnos y a maestros). Nuestro reto cada año escolar es formar lectores que exploren, indaguen, cuestionen…Lectores que descubran “mundos desconocidos que poco a poco se revelan como una patria más antigua y verdadera: de allá venimos” , como afirma Paz en La otra voz.
 
    Nada debería oponerse a que un país tan herido como el nuestro por la desigualdad y la miseria otorgue a sus ciudadanos el poder liberador de la palabra y de la imaginación. Sin embargo, la enseñanza de la literatura, como lo resaltó en un artículo de La Jornada, Manuel Pérez Rocha, con toda su riqueza: “valores estéticos, éticos, históricos y sociales” se ve amenazada por la maquinaria burocrática de las instituciones educativas que atentan contra la creatividad y la libertad de enseñanza de los profesores, y por la imposición de programas curriculares ajenos a nuestra realidad, que sólo valoran a la literatura por su utilidad instrumental.

     Desde esta estrecha mirada de una educación basada en la utilidad y las competencias, hoy nos dicen las autoridades de la UNAM que toda esta experiencia acumulada de profesoras no cuenta, al imponer un programa discriminatorio que margina a los académicos mayores de 40 años para aspirar a una plaza de tiempo completo y, con ello, a una mejor calidad de vida; pues nuestros salarios son raquíticos. Cada vez es más evidente que la vocación de enseñar ya no es un valor que se reconozca y se fomente en los profesores.
 
      La defensa de la universidad pública y gratuita que emprendieron los estudiantes hace quince años, que también apoyamos los profesores conscientes, significó la defensa del derecho que todo pueblo tiene a educarse, a construirse como lectores críticos y creativos. Todo ciudadano tiene, en palabras del maestro brasileño Antonio Cándido: “derecho a la literatura”, como parte de sus derechos humanos esenciales.
 
La crisis que hoy vive la UNAM por la imposición de nuevos perfiles de académicos, estudiantes y proyectos educativos ajenos a su esencia nos preocupa, porque aleja a la universidad de su sentido crítico, humanístico, público y nacional. Nuevos nubarrones amenazan a la imaginación y a la palabra (parece ser que las humanidades siempre están en riesgo) aunque desde los discursos se reconozca el legado de los grandes escritores.
 
Laura Vargas Alva, Yolanda González López , Profras, Prepa 5.



 

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