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Infancia y Sociedad
Cisnes y patitos feos.
La Jornada, 14 de junio de 2014, pág 38. www.lajornada.com
Que los patitos feos logren tranformarse en cisnes. |
Andrea
Bárcena
En el sistema capitalista, los individuos son valorados como mercancías y no
como personas. El sistema necesita –aunque no sea explícito– que la función
principal de la escuela sea estandarizar a los alumnos mediante sus prácticas,
cargadas de supuestos ideológicos y de tijeras invisibles que eliminan mucho de
la creatividad y las tendencias individuales.
El gran bullying es el que realiza la propia escuela contra alumnos
y maestros con los exámenes y las calificaciones. La palabra inglesa bull significa
toro y, como en el ruedo de la fiesta brava, bullear o hacer bullying
se refiere a torear, acosar, provocar, picotear, disminuir al bulleado,
que no siempre es el alumno con alguna deficiencia o defecto físico, sino que
frecuentemente se trata de un niño o una niña que los acosadores perciben como
superior en belleza, simpatía o inteligencia y es lo que provoca la hostilidad
de los estándar.
Los alumnos que realizan el acoso y quienes lo sufren son por igual
víctimas de un sistema que promueve la competencia, la estandarización, la
cosificación y la prohibición de ser sujeto con personalidad propia.
Lo que vemos hoy en nuestras escuelas ha ocurrido siempre: es la
reproducción que los niños efectúan de lo que el sistema hace con ellos y con
sus padres y maestros. Pero es muy probable que el nefasto jueguito sea hoy más
frecuente y más intenso también como producto del aumento de la violencia de Estado
contra los ciudadanos comunes y la generada por el crimen organizado.
Sin embargo, hay que tener claro que la agresión intraespecífica es propia
del ser humano, definido por los estudiosos del comportamiento animal –los
etólogos– como el único que mata por matar y que siente placer con su crueldad
hacia otros animales y contra los de su propia especie. Esta capacidad para el
mal ya está en el niño, como lo están todas las pulsiones de muerte y de vida.
Pero es el contexto cultural el que las inhibe o desencadena y acrecienta;
queda claro que el capitalismo es el mejor caldo de cultivo para la violencia y
la guerra entre individuos, entre grupos y pueblos.
Hay que combatir el capitalismo y, además, crear asambleas de alumnos, que
permitan la reflexión colectiva, la amonestación entre estudiantes y la
creación de códigos éticos y de honor, es decir, la autogestión de la vida
social en los colegios. En vez de castigar la violencia, hay que premiar la
concordia y distinguir a los niños que se destaquen por amistosos y gentiles,
para que los genios y los raros sean respetados y los patitos feos logren
transformarse en cisnes. (Dedicado a mi maestro E.C.S.)
hypatia.alejandria11@gmail.comAtención: Se recomienda la lectura de
Freire, Paulo. Cartas a quienes pretenden enseñar. Ed. Siglo XXI.
Hay que difundir esta información
ResponderEliminarClaro el sistema capitalista reproduce su ideología dominante y para eso sirve el sistema educativo. Los maestros tenemos la gran oportunidad para fomentar valores tales como justicia, tolerancia, respeto, dignidad....
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