martes, 8 de julio de 2014

PEDAGOGIA DEL OPRIMIDO

EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,

DIALOGA, CONVENCE CON LA PALABRA



Pedagogía del oprimido. 

PAULO FREIRE

  Paulo Freire en la Pedagogía del oprimido hace una crítica a la

educación tradicional de los opresores, que llama Educación bancaria

Paulo Freire menciona que la educación bancaria mantiene y estimula la contradicción; de ahí que ocurra lo siguiente:

-  El educador es siempre quien educa; el educando el que es educado.

-  El educador es quien sabe; los educandos quienes no saben.

-  El educador es quien piensa, el sujeto del proceso; los educandos son los objetos pensados.

-  El educador es quien habla; los educandos quienes escuchan dócilmente.

-  El educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados

- El educador es quien opta y prescribe su opción; los educandos quienes siguen la prescripción.

-  El educador es quien actúa; los educandos son aquellos que tienen la ilusión de que actúan, en la actuación del educador.

- El educador es quien escoge le contenido programático; los educandos, a quienes jamás se escucha, se acomodan a él.

- El educador identifica la autoridad del saber con su autoridad funcional, la que opone antagónicamente a la libertad de los educandos. Son éstos quienes deben adaptarse a las determinaciones de aquél.

-  El educador es el sujeto del proceso; los educandos, meros objetos.

La concepción bancaria de la educación pretende  transformar la mente de los individuos para que se adapten mejor a las situaciones  reales y así poder dominarlos con mayor facilidad. 

Cuando mas pasivos sean, proporcionalmente se adaptarán, por lo tanto, se disminuye su creatividad, estimulan la inocencia, lo cual crea las condiciones para que los opresores surjan como sujetos generosos. 

Cuando el individuo no lucha por sus intereses y emancipación cultural y social, parece como si hubiera perdido el amor por la vida, tal necrofilia es la situación que ha predominado reiterado con la educación que se impone en las escuelas, sin embargo la pedagogía  que propone Paulo Freire es opuesta, ya que sugiere que el individuo adquiera la biofilia a través del cultivo del ser, estando con el mundo y no en el mundo, lo cual  se alcanza a través de la liberación, para ello se requiera que la educación deje de ser  mecanicista.

La educación liberadora en el individuo tiene que ser un acto cognitivo en el que se  comprenda y analice el contenido, superando la división existente entre el educador y el educando; dejar de lado la relación unidireccional para que la bidireccionalidad contribuya a la educación  integral de ambos, puesto que los dos tienen elementos  que aportar a la enseñanza.  

  


 En la educación bancaria, el maestro es el sujeto de la educación y el educando es el receptor que recibe todos los contenidos de la sabiduría. La tarea del maestro es llenar a los educandos con los contenidos de sus conocimientos. En esta concepción bancaria de la educación, el buen educador es el que mejor vaya llenando los recipientes en los depósitos de los estudiantes. Y será el mejor educando, el que se deje llenar dócilmente los recipientes y los aprenda con mucha memorización.

Los estudiantes de la educación tradicional son pasivos; reciben muchos conocimientos, los cuales son guardados y archivados. El dueño de la información es el educador, que es quien sabe, pues los educandos serán los que no saben. Esta educación forma agentes dóciles de los opresores. Se educa para una vida bajo control de los opresores, quienes estarán tranquilos porque saben que los educandos se están formando en una educación tradicional, con seres más adecuados al mundo gobernado por los opresores.

Por ello, para los opresores, una educación que piense auténticamente en la realidad, es peligrosa para la sociedad tradicional. Por ello, dice Freire, los opresores siempre estarán presentando dificultades cuando los educandos van descubriendo su propia realidad. Los opresores siempre estarán dificultando al máximo el pensamiento auténtico.

Para el educador brasileño, la educación tradicional o educación bancaria de los opresores, no permite la conciencia de la realidad y la liberación de los educandos. Esta educación sirve a la clase dominante y deja a los oprimidos en la oscuridad. Ante ello, propuso una nueva educación que debe dar más importancia a los educandos en el proceso enseñanza-aprendizaje. Los educandos se convierten en educandos-educadores, y los educadores se convierten en educadores educandos. Una nueva dinámica educativa, pues los educadores no son mensajeros de los opresores y son los que educan con una educación problematizadora, con actos permanentes de descubrimiento de la realidad.

Freire señala las faltas en el sistema tradicional de educación y cómo sirve a los opresores. En él, las relaciones entre el educador y los educandos son de naturaleza fundamentalmente, narrativa, discursiva y disertadora.

El educador aparece como su agente indiscutible, como su sujeto real, cuya tarea indeclinable es ‘llenar’ a los educandos con los contenidos de su narración. Clasificando este sistema como una concepción “bancaria” de la educación, Freire señala que cuando más vaya llenando los recipientes con sus ‘depósitos’, tanto mejor educador será. Cuanto más se dejen ‘llenar’ dócilmente, tanto mejor educandos serán. 

Los estudiantes en tal sistema pedagógico son tan pasivos que “el único margen de acción que se ofrece” a ellos “es el de recibir los depósitos, guardarlos y archivarlos” . Como el dueño exclusivo de la información que será “depositada”, el educador siempre va a ser “él que sabe, en tanto los educandos serán siempre los que no saben” .










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