EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
Se derrumba la versión oficial sobre el caso de los 43
Los normalistas
de Ayotzinapa no fueron incinerados
Conclusión de expertos de la CIDH; piden replantear la investigación
Inconsistencias, omisiones y ocultamiento de pruebasen pesquisas
Se mantiene el compromiso con la transparencia, afirma Osorio Chong
Informe independiente del caso Iguala NO LOS QUEMARON
Expertos de la cidh echan por tierra la
Señalan que el Ejército supo del ataque a los normalistas de Ayotzinapa
El grupo no tuvo acceso a todas las comunicaciones grabadas durante los hechos
verdad histórica
Señalan que el Ejército supo del ataque a los normalistas de Ayotzinapa
El grupo no tuvo acceso a todas las comunicaciones grabadas durante los hechos
Carlos Beristáin, integrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes, entrega una copia del informe sobre el caso Ayotzinapa a
la madre de unos de los estudiantes desaparecidosFoto Marco Peláez
Blanche Petrich y Emir Olivares Periódico La Jornada Lunes 7 de septiembre de 2015, p. 2
El informe con la investigación alternativa que
realizó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI)
sobre el Caso Ayotzinapa –43 desapariciones forzadas, seis asesinatos y
más de 20 heridos– fue entregado ayer a mediodía a los tres
subsecretarios que firmaron en Washington el convenio con la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para la formación de este
mecanismo.
Ante la mirada severa de las madres y padres de los estudiantes
desaparecidos, los muertos y los heridos del 26 de septiembre en Iguala,
los subsecretarios de Gobernación Roberto Campa y de Asuntos
Multilaterales de la cancillería, Juan Manuel Gómez Robledo, y el
subprocurador Eber Betanzos subieron al estrado a recibir sus copias del
Informe Ayotzinapa: un tomo negro que luce en la portada el
diseño de una tortuga verde, símbolo de la Escuela Normal Rural; más de
500 hojas en las que se narran los hechos y la causa posible de una
agresión que fue
masiva, en ascenso, desproporcionada y sin sentido.
En el Informe Ayotzinapa, no se determina el posible paradero de los 43 jóvenes. Es por ello, expresaron los cinco expertos que integran el GIEI, que
es necesario replantear la investigación y reorientar la búsqueda. Carlos Beristáin, por su parte, dijo:
La nuestra es una propuesta; pretendemos que nuestro informe sea un mensaje de transformación.
Los cinco expertos –Claudia Paz y Paz, de Guatemala; Ángela Buitrago y
Alejandro Valencia, de Colombia; Francisco Cox, de Chile, y Carlos
Beristáin, de España– tomaron la palabra por turnos. En la presentación
cada uno expuso diversas inconsistencias, falencias, omisiones y
ocultamiento de evidencias en la mayor parte de las actuaciones de las
policías y las procuradurías involucradas en la averiguación del caso.
Demostraron que en los expedientes se prescindió de consignar hechos y
elementos probatorios y se insistió en la necesidad de abrir una línea
de investigación sobre el trasiego de drogas que se realiza desde Iguala
en autobuses modificados y cargados, en posible colusión con las
policías de los niveles municipal, estatal y federal. Como hipótesis del
móvil señalaron el intento de las corporaciones que atacaron a la
comitiva de estudiantes de impedir a toda costa que los autobuses tomados salieran de la ciudad.
Demostraron que en distintos momentos del operativo estuvieron presentes soldados y agentes de inteligencia militar.
Con nuevos peritajes que allegaron los investigadores internacionales
se descartó la pieza central de lo que el ex procurador Jesús Murillo
Karam había defendido como
verdad histórica: que no había quedado ni rastro de los 43 desaparecidos ni posibilidad de encontrar sus restos, porque habrían sido ejecutados y después incinerados en una enorme pira humana encendida por sicarios de Guerreros Unidos en el basurero de Cocula.
Tenemos la convicción de que no fueron incinerados en ese basurero, expresó Francisco Cox, uno de los expertos.
La verdad huye con el tiempo que pasa
Ángela Buitrago, integrante del grupo y ex fiscal
colombiana, reconoció que la formación de este mecanismo, que no tiene
precedente en el sistema interamericano, fue producto del diálogo. “Y la
verdad –añadió– sólo se consigue a través del diálogo, no de la
confrontación. Pero también es cierto que la verdad huye con el tiempo
que pasa”.
El documento, de más de 500 cuartillas que resumen seis meses de
estudio, indagatorias y diversos peritajes independientes, contiene
–aseguraron–
evidencias nuevas que cambian la perspectiva del expediente oficial. Propone nuevas hipótesis tanto sobre el móvil de esta agresión de gran magnitud como para determinar el paradero de los 43 desaparecidos y señalar responsabilidades de los perpetradores.
Los especialistas en distintas disciplinas describieron los nueve
escenarios en los que se desarrollaron las sucesivas agresiones, que
fueron en ascenso: desde disparos contra un autobús a su salida de la
terminal hasta el secuestro de 43 y el asesinato con brutales torturas
de Julio César Mondragón, en un lapso de tres horas. En distintos
momentos y diferentes roles participaron en la agresión como
perpetradores u observadores policías municipales de Iguala y Cocula,
policías ministeriales, policías federales, soldados del 27 batallón de
infantería, policía militar y militares de servicios de inteligencia.
El informe del GIEI descarta las versiones contenidas en los
expedientes oficiales de que los estudiantes fueran confundidos con una
banda de narcotraficantes rival de la que controla la plaza de Iguala, Los Rojos,
ya que todas las corporaciones tuvieron datos precisos de que eran
normalistas de Ayotzinapa, a qué hora y cómo llegaron y qué hicieron en
todo momento.
Todo ello a través de distintas diligencias y de las
tarjetas informativasy comunicaciones del C-4, el sistema de coordinación estatal al que tienen acceso simultáneo las fuerzas de seguridad de todos los niveles y el Ejército. Hay dos lapsos de comunicaciones a las que el GIEI no ha tenido acceso: el tiempo posterior al primer ataque y durante el segundo ataque. Se les ha informado que esas comunicaciones
están intervenidas por la Sedena. También se les ha informado que tres grabaciones de cámaras de seguridad del sistema, en las carreteras,
han sido destruidas.
Por estas y otras razones explicadas en el informe el GIEI ha
insistido en la necesidad de que se le brinde acceso a entrevistar a los
militares del 27 Batallón.
Hacia finales de agosto la respuesta a nuestra petición seguía siendo negativa, indicaron.
La incineración, imposible
En sus conclusiones, el GIEI descartó tajantemente la
versión de cinco de los perpetradores encarcelados de que los 43
muchachos fueron incinerados en una hoguera hasta quedar totalmente
calcinados. Se trata de una conclusión a la que se llegó gracias al
peritaje llamado
de dinámica de fuego, realizado por el experto peruano en ciencias del fuego José Torero, quien acudió al basurero de Cocula el 12 de julio de 2015. Francisco Cox, chileno, aseguró:
Ese evento, tal como ha sido descrito, no pasó.
Torero, el perito peruano, concluyó que esa acción es
científicamente imposible. Su dictamen partió de que la intemperie es el ambiente
más ineficientepara cremar un cuerpo, ya que 30 por ciento del calor de la hoguera se irradia hacia los lados, el resto sube al aire y
sólo uno por ciento se dirige al consumo del objeto a quemar. Según su cálculo, para quemar un cuerpo se requerirían 700 kilos de madera o 310 kilos de neumáticos a lo largo de 12 horas. Incinerar 43 cuerpos requeriría 30 mil 100 kilos de madera o 13 mil 300 llantas durante 60 horas. Según las versiones obtenidas por la PGR, el fuego en Cocula duró seis horas.
Otro cálculo de Torero demostró que se necesita un espacio de 12 por
2.5 metros para incinerar 43 cuerpos y produciría una llama de al menos
siete metros, con un penacho de humo de más de 300 metros. Los
habitantes de Cocula habrían visto una columna de humo de 280 metros.
En su análisis el investigador de la Universidad de Queensland,
Australia, señala que la radiación de la hoguera hubiera alcanzado 15
metros de distancia del núcleo de la fuente de calor. Una persona no
hubiera podido acercarse a menos de esos 15 metros. Los presuntos
implicados dijeron que después de seis horas bajaron a echar más
combustible.
Finalmente, al analizar la vegetación y la cantidad de basura
circundante y la ubicación de la posible hoguera respecto dentro de la
hondonada del basurero, dictaminó que, de haber existido,
la pira hubiera generado un incendio forestal.
Informe independiente del caso Iguala
Exigen al Presidente que los reciba antes del día 10
El teatro se les cayó; es una mentira histórica: familiares
Emir Olivares y Blanche Petrich Periódico La Jornada Lunes 7 de septiembre de 2015, p. 4
“Hoy el teatro se les cayó. El informe de los
expertos mostró que el gobierno mintió una vez más y que la supuesta
‘verdad histórica’ (sobre el caso Ayotzinapa) es más bien una mentira
histórica”, señalaron las madres y los padres de los normalistas
ejecutados, heridos y desaparecidos tras el ataque que sufrieron el 26
de septiembre de 2014.
Los familiares de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa y
alumnos de esa escuela ofrecieron la tarde de ayer una conferencia de
prensa en la que presentaron su posición tras conocer el informe final
del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos para el caso, en el que
entre otras cosas se mostró que no hay evidencia científica para
asegurar que los 43 normalistas desaparecidos de manera forzada fueron
incinerados en el basurero de Cocula, Guerrero.
El informe demostró que nosotros teníamos la razón, que nuestros hijos no pudieron ser quemados en Cocula. Siempre supimos que se trataba de una mentira del gobierno federal y hoy quedó evidenciada. Agregaron que las autoridades federales no sólo les mintieron a ellos, sino a todo el país y al mundo.
Ha pasado casi un año desde los hechos y han sido días de
tortura y desesperaciónpor no saber el paradero de sus familiares. Sin embargo, ayer las madres y padres manifestaban a través de sus miradas y voces una nueva esperanza: la posibilidad de hallar con vida a sus hijos, el fin último de la larga lucha que emprendieron hace más de 11 meses, y por el que no descasarán hasta conseguirlo.
La pregunta ahora es: ¿dónde están nuestros hijos? ¿Para dónde se los llevaron? Ya no vamos a pedir, exigiremos que nos los entreguen porque (después del informe del GIEI) tenemos más fuerza y más certeza de que están vivos, aseveró Mario César González, padre del normalista César Manuel González Hernández.
Fueron varias las demandas de los familiares de los normalistas
durante la conferencia –que se realizó en el Centro de Derechos Humanos
Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh)–, pero pusieron énfasis en dos. La
primera: que el gobierno federal refrende de manera indefinida la
presencia del grupo de expertos de la CIDH hasta que se alcance verdad y
justicia en el caso, sanción a los responsables y que aparezcan con
vida los 43 estudiantes desaparecidos.
Y que Enrique Peña Nieto los reciba antes del 10 de septiembre, pues el titular del Ejecutivo federal
no ha cumplidoninguno de los diez puntos a los que se comprometió con los padres y madres en la primera y única reunión que ha tenido con ellos, en octubre del año pasado.
Queremos que dé la cara.
“Hoy quedó demostrado que teníamos razón, que hemos sido víctimas del
gobierno (…) Por eso ya no creemos en ellos, sólo tenemos confianza en
nuestro grupo de expertos, son personas serias y que trabajan con
honestidad”, indicó María de Jesús Tlatempa, madre de José Eduardo
Nartolo Tlatempa.
A su voz se unió la de Emiliano Navarrete, padre de José Ángel
Navarrete González, quien con voz ronca y grave no pudo ocultar ese
enojo guardado por más de 11 meses:
El gobierno ha destrozado nuestro corazón llevándose a nuestros hijos y hoy el GIEI nos demostró que toda la investigación ha sido una vil mentira. Resaltó que los familiares no estaban empecinados en rechazar los argumentos expuestos por el ex procurador Jesús Murillo Karam, quien habló de la
verdad histórica, simplemente no los aceptaban
porque no había evidencias científicas.
Los familiares exigieron la búsqueda inmediata de sus hijos, la
sanción y consignación de los funcionarios –entre ellos Murillo Karam–
que incurrieron en el falseo de las indagatorias, que se restructuren
las investigaciones con nuevas líneas y que las indagatorias oficiales
tomen como base el informe del GIEI.
Resaltaron que el informe no sólo mostró que no hay evidencia de que
los normalistas no fueron incinerados en el basurero de Cocula, sino que
también el análisis de más de 500 páginas delineó que no intentaban
interrumpir ningún acto oficial en Iguala, Guerrero, que no tenían
relación con ninguna organización criminal, y que hubo participación y
conocimiento del ataque de parte de diversas fuerzas de seguridad, entre
éstas elementos militares.
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