EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
EZLN Y CNI: apuesta organizativa muy audaz
Magdalena Gómez. La Jornada. Opinión., martes 18 de octubre de 2016
(Ver más abajo:El EZLN, el CNI y las elecciones Luis Hernández Navarro. La Jornada. Opinón, martes 18 de octubre de 2016)
Reconozco que resulta lugar común
calificar de audaz el proyecto organizativo que acordaron y anunciaron
el pasado 14 de octubre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) y el Congreso Nacional Indígena (CNI) en el contexto del quinto
Congreso Nacional Indígena y la conmemoración del vigésimo aniversario
del CNI. En especial tratándose del EZLN, ¿qué mayor audacia?: justo el
día en que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) le asestó al salinismo la sorpresa de una organización
político-militar, de composición mayoritariamente indígena que le
declaró la guerra al gobierno por la vía armada. Al estupor
gubernamental le siguió el mensaje social masivo en favor de la paz que
obligó al cese unilateral al fuego decretado por Salinas de Gortari a
escasos 12 días de iniciado el conflicto. El zapatismo supo escuchar y
se sumó a una tregua que ya cumplió 22 años, tiempo en el cual, pese a
múltiples provocaciones y agresiones, se ha sostenido. En el camino, el
EZLN ha impulsado muy diversas iniciativas, unas más exitosas que otras,
pero la más destacada y triunfante es la construcción de autonomías de
hecho expresadas en las juntas de buen gobierno, derivada de ellas la escuelita zapatista y el seminario el pensamiento crítico y la hidra capitalista.
Me cuento entre quienes consideran que, si bien el capitalismo afecta
por igual a obreros, campesinos, empleados, jóvenes, estudiantes,
maestros entre otras y otros, es en el centro de los pueblos indígenas
donde el zapatismo ha sembrado un parteaguas histórico. Desde ahí
promueve una de las luchas más antisistémicas, cuestión que por cierto
no es compartida por sectores que les han acompañado. Bien, pues el
comunicado
Que retiemble en sus centros la tierra, en efecto nos impacta y obliga a reflexionarlo y ello no resulta ciertamente sencillo. La inclinación inmediata es colocar la atención en la posible participación del EZLN y el CNI con una candidatura independiente encabezada por una mujer indígena y derivado de ello aparece como un viraje inexplicable, pues asumíamos que la opción electoral no estaba en el horizonte de esas fuerzas. Sin embargo, en el texto del comunicado hay elementos para salir de ese apuro, dirían las abuelas. Reiteran posturas indeclinables:
decimos con firmeza que nuestra lucha es abajo y a la izquierda, que somos anticapitalistas y que se ha llegado el tiempo de los pueblos, de hacer vibrar este país con el latir ancestral del corazón de nuestra madre tierra. Y anuncian : “este quinto Congreso Nacional Indígena determinó iniciar una consulta en cada uno de nuestros pueblos para desmontar desde abajo el poder que arriba nos imponen y que nos ofrece un panorama de muerte, violencia, despojo y destrucción. Anuncian una consulta y su objeto, se declaran en asamblea permanente:
consultaremos en cada una de nuestras geografías, territorios y rumbos el acuerdo de este quinto CNI para nombrar un concejo indígena de gobierno cuya palabra sea materializada por una mujer indígena, delegada del CNI como candidata independiente que contienda a nombre del Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el proceso electoral del año 2018 para la Presidencia de este país.
Ese fue el acuerdo y los resultados de la consulta definirán
su rumbo. Sin embargo, ya ciertos medios se apresuran a declarar como un
hecho lo que se va a consultar y anuncian que el EZLN apuesta por la
vía electoral, que dio un viraje y, como no pueden negar que tienen
derecho a transitar por la vía electoral, ya hasta se preguntan y
cuestionan, ¿por qué sectorial? Es decir, por qué indígena, y omiten
decir por qué una mujer indígena.
Mi impresión es que la consulta de ese preciso acuerdo es el
equivalente a su declaración inicial en 1994, de que tuvieron que
taparse la cara para que los vieran. Hoy recurren a consultar sobre un
tema en el que implícitamente, ideológicamente, tanto la clase política
como los partidos políticos los consideran ajenos, es su cancha. ¿Cómo
se atreven? Con toda esa parafernalia desatada, se movilizarán a lo
largo y ancho del país para consultar, ya nos dirán cuál es la siguiente
etapa.
Ignoro si los veremos apresurados cumpliendo con la Ley General de
Instituciones y Procedimientos Electorales para formar una asociación
civil, darla de alta ante el Servicio de Administración Tributaria y
abrir una cuenta bancaria para ese fin. Luego con la calidad de
aspirante, reunir en 120 días más de 800 mil firmas de electores de por
lo menos 17 entidades federativas. Si así fuera están en su derecho. Yo
reafirmo el consejo de que nos apeguemos a su texto y con él por lo
pronto me quedo: “Ratificamos que nuestra lucha no es por el poder, no
lo buscamos; sino que llamaremos a los pueblos originarios y a la
sociedad civil a organizarnos… construir la paz y la justicia
rehilándonos desde abajo, desde donde somos lo que somos”.
Cuidado con asumir territorios vedados.
El EZLN, el CNI y las elecciones
Luis Hernández Navarro. La Jornada. Opinón, martes 18 de octubre de 2016
(Ver más arriba: EZLN Y CNI: apuesta organizativa muy audaz Magdalena Gómez. La Jornada. Opinión., martes 18 de octubre de 2016)
El EZLN y el CNI acordaron
consultar, con pueblos y comunidades, la postulación de una mujer
indígena como candidata a la Presidencia de la República en los comicios
de 2018. La decisión ha levantado una enorme polémica. Unos ven en la
determinación un giro de 180 grados en su línea de acción. Otros, su
ingreso a la política. Algunos más, una maniobra en la formación de una
coalición anti-Andrés Manuel López Obrador.
Estas tres opiniones son, además de equivocadas, prejuiciosas. Están
basadas en la desinformación y en un esquema analítico que tiene como
punto de partida: quien no está conmigo, está contra mí. Estos puntos de
vista desconocen la historia y la trayectoria política, tanto del EZLN
como de las organizaciones indígenas que forman parte del CNI.
Desde que el EZLN emergió a la vida pública no ha sido una fuerza
abstencionista. No ha llamado a la abstención ni al boicot electoral,
sino a organizarse y luchar. Y, al menos en una ocasión, promovió el
voto por un candidato.
En los comicios presidenciales del 21 de agosto de 1994, llamó a
votar contra el PRI, como parte de su lucha contra el sistema de partido
de Estado y del presidencialismo. Es más, el 15 de mayo de ese año, en
Guadalupe Tepeyac, las bases zapatistas y el subcomandante Marcos
recibieron al candidato del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, y a su comitiva.
Los rebeldes los saludaron y reconocieron que el entonces candidato los
había escuchado con atención y respeto. De paso, criticaron al sol
azteca.
Unos cuantos días después, mediante la Segunda Declaración de la Selva Lacandona, convocaron a
una Convención Nacional Democrática de la que emane un gobierno provisional o de transición, sea mediante la renuncia del Ejecutivo federal o mediante la vía electoral. Este proceso –señalaron entonces– debería desembocar en la redacción de una nueva Carta Magna y en la realización de nuevas elecciones.
Al poco tiempo, el EZLN se sumó a la postulación del periodista Amado
Avendaño como candidato de la sociedad civil a la gubernatura de
Chiapas. Y, a raíz del fraude electoral que abortó su triunfo, lo
reconoció como gobernador en rebeldía y lo trató como tal.
A finales de 2005 los zapatistas llamaron a organizar un gran
movimiento nacional para transformar las relaciones sociales, elaborar
un programa nacional de lucha y crear una nueva constitución política.
En este marco, impulsaron la otra campaña, una iniciativa de
política popular desde abajo y a la izquierda, independiente de los
partidos políticos con registro, de corte anticapitalista.
Aunque la otra campaña nunca llamó a abstenerse ni a
boicotear las elecciones, criticó acremente a los candidatos de los tres
principales partidos políticos, incluido Andrés Manuel López Obrador.
Cerca ya de las elecciones del 2 de julio de 2006, pasada ya la
represión a San Salvador Atenco (3 y 4 de mayo de ese año) que cambió la
dinámica de esta iniciativa política, en un acto en el cine Revolución
de la Ciudad de México, el subcomandante Marcos se opuso personalmente a cuestionar a quienes pensaban sufragar.
El que quiera votar, que vote, dijo allí.
A los zapatistas se les quiso responsabilizar del resultado
final de los comicios de 2006 e incluso del fraude que le arrebató el
triunfo en las urnas a Andrés Manuel López Obrador. Hace unos días, el
dirigente de Morena denunció que en aquellas jornadas, el EZLN y la
iglesia progresista habían orientado a no votar por él (cosa que nunca
sucedió), ayudando indirectamente a robarle las elecciones. Desde
entonces, el debate ha sido amargo e intenso. No ha dejado de serlo a
pesar de que han transcurrido más de 10 años.
Durante años, la posición de los zapatistas no varió. Así lo refrendó el subcomandante Moisés, en el comunicado titulado
Sobre las elecciones: organizarse, con fecha de abril de 2015. Allí advierte: “En estos días, como de por sí cada que hay esa cosa que llaman ‘proceso electoral’, escuchamos y miramos que salen con que el EZLN llama a la abstención, o sea que el EZLN dice que no hay que votar. Eso y otras tonterías dicen”.
Más adelante aclara la postura rebelde sobre la coyuntura electoral de ese año:
Como zapatistas que somos no llamamos a no votar ni tampoco a votar. Como zapatistas que somos lo que hacemos, cada que se puede, es decirle a la gente que se organice para resistir, para luchar, para tener lo que se necesita.
El reciente documento conjunto del EZLN y el CNI,
Retiemble en sus centros la tierra, representa un cambio de posición de los rebeldes. Pero no de 180 grados, porque nunca han sido abstencionistas.
Allí se llama a incursionar en una nueva forma de acción, que tiene
como eje central la participación directa en la coyuntura electoral,
como una forma de resistencia, organización y lucha. De colocar a los
indígenas y a su problemática en el centro de la agenda política
nacional. De hacer visibles las agresiones contra los pueblos
originarios. De construir el poder de los de abajo. La decisión no
significa el ingreso del EZLN a la lucha política. Los zapatistas
siempre han estado allí. Nunca han dejado de hacer política desde que
irrumpieron en la vida pública levantándose en armas en 1994. Se puede o
no estar de acuerdo en la política que han hecho, pero reducir
participación política a acción electoral en una coyuntura es una
tontería.
Lo mismo puede decirse de las organizaciones que integran el CNI. La
movilización de los purépechas de Cherán (una experiencia clave en el
nuevo curso de la lucha indígena) por el reconocimiento de su
autogobierno y autonomía es esencialmente política. También la
experiencia de autodefensa náhuatl de Ostula, o la defensa de la
comunidad otomí Xochicuautla de su territorio y recursos naturales.
Nadie tiene el monopolio de la representación política de la
izquierda mexicana. Esa representación se gana día a día en la lucha.
Acusar a los zapatistas y al CNI de hacerle el juego al gobierno porque
pretenden participar electoralmente en 2018, al margen de los partidos
políticos, es una muestra de prepotencia e intolerancia. A final de
cuentas, será la sociedad mexicana en lo general y los pueblos indios en
particular, los que decidirán si este camino es o no útil para
transformar el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario