EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
Padres de familia y compañeros de los normalistas desaparecidos,
convocan a una marcha en Chilpancingo, para dar inicio a la Convención
Nacional Popular.
Ciudad de México, 4 de febrero de 2015.
“El
gobierno pensó que con la ratificación de su versión de los hechos del
pasado 26 de septiembre en Ayotzinapa, que da por muertos a nuestros
compañeros, nuestro movimiento se tornaría violento, pero se equivocó,
nosotros le apostamos a la organización y la transformación del país por
la vía pacífica”, expresó el normalista Omar García, durante una
conferencia de prensa en el marco de la Convención Nacional Popular.
Con una movilización en Chilpancingo, convocada por los familiares y
compañeros de los estudiantes normalistas, este cinco de febrero se
realizará la Convención Nacional Popular en las instalaciones de la
Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. El espacio, mencionan los padres de
los estudiantes en un comunicado, será para unificar fuerzas con
diversas organizaciones y con la siempre exigencia de la presentación
con vida de los normalistas.
Hacia la Constituyente Ciudadana-Popular
Las masacres de Tlatlaya y Ayotzinapa y
la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas, coronan la
montaña de agravios e injusticias que los grupos gobernantes y las
empresas trasnacionales han cometido contra las mayorías nacionales en
los últimos 35 años; tiempo en que se profundizaron el despojo y la
ocupación neocolonial de nuestro país. Dichos “Crímenes de Estado” y de
“Lesa Humanidad” expresan a plenitud el sentido profundo de las llamadas
“reformas estructurales” y de los tratados de “libre comercio” bajo las
órdenes de los gobiernos de los Estados Unidos.
El desastre económico, ambiental, los
fraudes electorales, la corrupción y la violencia, que devinieron en
catástrofe humanitaria, fueron provocados por las decisiones de las
oligarquías capitalistas neoliberales y la clase política reinante. Son
ellos quienes en aras de intereses antinacionales sembraron el caos y
provocaron una crisis del Estado nacional que pone en riesgo el futuro
de nuestro país, de la sociedad civil mexicana y de cada una de las
personas, hombres y mujeres, que constituimos el pueblo de México.
En tales circunstancias, la superación
de la crisis pasa por la necesaria refundación del Estado nacional. Por
la reconstrucción-transformación de los soportes éticos, económicos,
políticos y culturales necesarios para garantizar la independencia
nacional, la justicia y el bienestar social, la democracia desde el
pueblo, la paz y la libertad.
Una salida de este tipo, basada en las
necesidades y anhelos de las mayorías nacionales, de las mujeres, los
trabajadores del campo y la ciudad, las clases medias y los indígenas e
indígenas-mestizos, no podrá venir de la putrefacta clase política
reinante, ni de sus partidos e instituciones que sólo han servido para
perpetuar la impunidad de sus integrantes. Y, mucho menos, de las
empresas trasnacionales que hicieron de la economía una actividad
criminal en la que despojo, delincuencia organizada y ganancias
empresariales son una y la misma cosa.
La superación del desastre nacional y de
la catástrofe humanitaria sólo podrá venir de nosotros la sociedad
civil, de los agraviados y víctimas, no de sus victimarios. Así, la
discusión de los contenidos sociales esenciales de lo que fue la
Constitución de 1917, de cómo surgió, de qué le suprimieron los
políticos y empresarios, es el primer paso para la formulación de un
nuevo texto constitucional fincado en las necesidades de las mexicanas y
los mexicanos. Es una de la vías que proponemos para generar las bases
de un nuevo Proyecto de Nación y la organización de un sujeto social,
integrado por millones de personas que haga valer en todo momento
nuestro “derecho de alterar o modificar la forma de (…) gobierno” como
reza el artículo 39° de la Constitución.
El crimen contra la legalidad y el
pueblo cometido por los integrantes del Congreso de la Unión, el Poder
Ejecutivo y Judicial, al usurpar las funciones que por derecho nos
pertenecen. Al reformar contenidos esenciales de la Constitución
alterando la forma y el sentido nacional y social del Estado surgido de
la Revolución Mexicana, sin que mediara un proceso equiparable al
Constituyente de 1917. El grado de ilegitimidad y de ilegalidad
alcanzado los inhabilita como representantes de la nación, al faltar a
su juramento de respetar y hacer valer la “Ley Suprema” que rige a
mexicanas y mexicanos.
Así, nuestra iniciativa de Constituyente
Ciudadana asume como propia la tarea de generar las condiciones para el
desarrollo de un “Proceso Constituyente” que elabore una propuesta de
nueva Constitución y restaure la legalidad. Que sea capaz de construir
las condiciones necesarias para que las ciudadanas y ciudadanos nombren a
las y los representantes de un Congreso de la Unión renovado, desde
cada comunidad y desde todos los espacios ciudadanos que forman parte de
cada distrito electoral.
Como construcción social desde la base,
este proceso marchará de la mano de las iniciativas de lucha social y
civil pacífica, por dar paso a un proceso de Refundación Nacional y
hacer realidad el clamor de que se vayan todos los responsables de la
tragedia nacional. De llevarlos ante la justicia por su responsabilidad
en la desaparición forzada de los estudiantes en Iguala y por la
violencia que, de forma directa, ha cobrado la vida de más de 150 mil
personas y la desaparición de 30 mil en los últimos 8 años. Sin contar
feminicidios y sus crímenes económicos y sociales en contra de los
derechos de los pueblos.
Insistimos, nuestra vía es la
constitucional, la resistencia y la desobediencia civil pacífica ante un
régimen ilegal y crecientemente dictatorial, al margen de los partidos
políticos. Nuestra vía es la edificación de la unidad a través de la
comunidad y la ciudadanía, distinguiendo claramente entre la minoría
carente de sentimientos de humanidad y nosotros las mayorías nacionales.
Convocamos a la sociedad civil, a
mujeres y hombres, sin importar credos, diversidad de género o clase
social a poner en marcha la Refundación Nacional; a dar los pasos
necesarios hacia la elaboración de una nueva Constitución que siente las
bases democráticas para la elección de las y los representantes de un
nuevo congreso sujeto a la voluntad de la ciudadanía, que destierre para
siempre todo tipo de ordenamiento jurídico y económico que hace de la
gestión pública un botín. Y que ponga fin a la impunidad, el racismo y
el patriarcalismo. Servir y mandar obedeciendo ha de ser la nueva
condición de quienes ocupen la representación de la sociedad civil.
El próximo 5 de febrero diversos grupos
de ciudadanas y ciudadanos daremos a conocer el proyecto de construcción
de la Constituyente Ciudadana-Popular, encabezado por el Obispo Raúl
Vera López. Las actividades de la Constituyente Ciudadana-Popular
iniciaran con el registro de las y los asistentes a la 9 am y se
prolongaran hasta las 3 de la tarde en el Centro Universitario Cultural,
ubicado en Odontología #35, Copilco Universidad, Ciudad de México.
Atentamente:
Comisión de facilitadoras y facilitadores de la Constituyente Ciudadana-Popular.
Comisión de facilitadoras y facilitadores de la Constituyente Ciudadana-Popular.
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