sábado, 5 de agosto de 2017

EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL: LA NUEVA RUTA PARA LA EXPLOTACIÓN LABORAL

EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA

ATENCIÓN ACADÉMICOS DE 
LA ESCUELA NACIONAL 
PREPARATORIA-UNAM
Educación socioemocional: la nueva 
ruta para la explotación laboral

Lev Moujahid Velázquez Barriga*. La Jornada. Opinión, 5 de agosto de 2017.
El siglo XXI fue el escenario de una nueva oleada de reformas curriculares neoliberales que secundaron a las de los años 90, cuyo eje articulador continuó siendo el modelo estandarizado basado en competencias; no obstante, éstas hicieron un primer intento de quitarse el estigma empresarial. Fue así que las competencias holísticas y para atender la complejidad entraron en escena con un discurso renovador, para sustentar la invasión mercantilista de la pedagogía; sin embargo, uno a uno de los planteamientos (propiciar el diálogo entre materias, aprendizajes que permitirían seguir obteniendo otros aprendizajes, aprender por proyectos y la movilización amplia de saberes, emociones, valores, aptitudes y no sólo capacidades para el trabajo) fueron sepultados con la perversa reducción del currículo a los contenidos de las pruebas estandarizadas.
Un segundo intento viene con el nuevo modelo educativo del actual sexenio, cuyos planes y programas de estudio tienen ligeros cambios, pero sin modificar la orientación empresarial. De la misma forma engañosa que el proceso anterior, aparenta tener una concepción integradora del alumno, que consiste en incorporar el desarrollo de su dimensión socioemocional; en realidad, mantiene la misma matriz economicista que se propone formar capital humano o, en otras palabras, que la escuela pública siga siendo el espacio gratuito de la iniciativa privada para la capacitación de fuerza física, intelectual y emocional para el trabajo.
El nuevo modelo educativo es el producto de un set renovado de competencias laborales que demandan los procesos reorganizativos de las empresas del capitalismo del siglo XXI, las nuevas formas de consumo personal y online, pero también de control y dominación que han adquirido otras dimensiones relacionadas con los avances científicos y tecnológicos. Por ejemplo, las neurociencias han abierto un nuevo campo de colonización que hasta hoy había sido impenetrable para el sistema de dominación: el cerebro humano, pues han descubierto que es posible la manipulación de sus funciones para hacer más eficientes las dinámicas de producción y consumo de mercancías.
Hace varios años, antes incluso que en el ámbito educativo, el mundo empresarial experimenta la estrecha relación que existe entre el desarrollo emocional de sus empleados y el crecimiento de las ganancias, entre la invención de identidades familiares de los trabajadores con la empresa y el cumplimiento de altas metas de productividad que arrastran hasta niveles inusitados de superexplotación. Un manejo adecuado del estrés en circunstancias de excesiva flexibilidad laboral ha sido esencial para contener disfuncionalidades en estos procesos de precarización del trabajo y esclavización emocional.
Lo que hay detrás de la reforma y su propuesta educativa es el modelo coaching, desarrollado para la esfera de la empresa, pero trasladado al ámbito escolar; en él juega un papel muy importante la ilusión de ser un emprendedor, que tiene como base la programación neurolingüística con el sí se puede. El reforzamiento de la autoestima cotidiana y la actitud de liderazgo autorregulan la condición opresiva en el trabajador explotado, le crean la falsa expectativa de ser ejecutivo o de llegar a serlo; las capacitaciones mediadas por la emocionalidad le impiden reconocer con claridad la sutileza de estos mecanismos de sometimiento, en los que las relaciones de seguridad social y laboral son obviadas tras estas interconexiones emocionales que le hacen sentirse un socio libre y no trabajador explotado.
La inteligencia emocional, como la denomina Daniel Goleman en su best seller del mismo nombre, ha sido también adoptada con éxito por la mercadotecnia. Los estudios de las neurociencias aplicadas a los patrones de consumo estiman que 70 por ciento de las razones que motivan una compra están asociadas a cuestiones emocionales y en menor porcentaje porque la gente realmente necesita lo que adquiere, de suerte que la contaminación propagandística empieza a utilizar de manera excesiva la posibilidad de recrear la vivencia socioemocional mediante consumo. El eslogan Destapa la felicidad ejemplifica muy bien cómo una marca de bebidas azucaradas utiliza recursos emotivos para incitar a consumir sin culpa ni raciocinio sobre las implicaciones para la salud que tienen sus productos.
En nuestra sociedad, los patrones de consumo en lugares masivos se han ido individualizando paulatinamente; entonces, cada sujeto es visto como portador personal de mercancías que siguen siendo de producción masiva, pero ofertadas de forma directa, por catálogo, desde sus redes sociales y en sus dispositivos personales, por teléfono o sin salir de casa. Por eso el nuevo modelo educativo se propone formar vendedores de mercadurías capaces de conectarse emocionalmente con los deseos, intimidades, empatías, vacíos, estímulos, miedos y necesidades comunicativas y existenciales de los consumidores.
Siguen viendo a los alumnos como potenciales portadores de habilidades para producir, vender y consumir. Educar para el desarrollo socioemocional resulta significativo para su propuesta en la medida en que es parte de las nuevas competencias que las empresas ya han incorporado a sus lógicas de producción y consumo, de superexplotación y precarización laboral, de biopoder y colonización sobre la mente humana. El humanismo que profesan es sólo una máscara y detrás de ella se esconde el rostro demacrado del mercado, la ganancia para los de arriba como fin superior de la educación neoliberal.
*Doctor en pedagogía crítica
Educación, demagogia y fracaso
Enrique Calderón Alzati. La Jornada. Opinión, 5 de agosto de 2017.
A cinco años del inicio de su gobierno, Enrique Peña Nieto no deja de alabar la importancia de lo que el bautizó como reforma educativa, supuestamente orientada a mejorar sustantivamente la calidad de la educación, una quimera que no ha sido capaz de comprender, dejándola en manos de individuos irresponsables que poco saben del tema, a la vista de las acciones que de tiempo en tiempo pretenden realizar. ¿Por qué si la educación es tan importante para el Presidente y para su gobierno, cada vez que un nuevo recorte presupuestal es requerido, este se ensaña en primer lugar sobre la educación? El gobierno gasta supuestamente 2 mil 500 millones de pesos anuales, para producir en ese tiempo 200 millones de pesos para repartirlos entre los estudiantes y maestros; es decir 12.50 pesos por libro ¿Es este un gasto razonable, a la luz de las desastrosas condiciones de la educación? Un poco menos de lo que cuesta un ejemplar de cualquier periódico publicado en la Ciudad de México.
Hubo un tiempo en que los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana, hicieron esfuerzos notables por llevar la educación a todos los niños de México, creándose las instituciones necesarias para convertir en realidad el mandato de la Constitución de otorgar educación gratuita a todos los niños y jóvenes del país. A la convocatoria gubernamental respondieron hombres y mujeres preparados, para dar clases en las escuelas públicas, mientras nuevas generaciones de jóvenes eran instruidos en las escuelas normales para llevar la educación a las ciudades emergentes, pueblos y comunidades rurales.
Los mensajes difundidos por aquellos gobiernos respondían a la problemática real de esos años: El que no sabe leer debe aprender, el que sabe leer, tiene el deber de enseñar, Prefiere el libro que educa y no el alcohol que envilece convocatorias que contrastan con los mensajes demagógicos del actual gobierno. Tiempos hubo en que los niños de todas las clases sociales acudían a una misma escuela, enriqueciendo las enseñanzas recibidas, con el conocimiento que niños y jóvenes adquirían por el sólo hecho de convivir con otros, cuyos padres se dedicaban a actividades tan diferentes como el transporte, la medicina, la agricultura, los altos puestos directivos, el comercio, la plomería o la costura; las escuelas eran así elementos fundamentales de la permeabilidad social, verdaderos crisoles de los cuales habría de surgir una nación que pronto llegó a convertirse en referencia ejemplar para otros países alrededor del mundo. Uno de los problemas más graves de la educación actual, que es ignorado por los gobernantes provenientes de escuelas elitistas, como los Peña Nietos y los Aurelios Nuño, es su incomprensión de las problemáticas reales de las familias de menores ingresos, a cuyos miembros consideran como seres inferiores y flojos, útiles sólo para las fotografías que puedan tomarse con ellos, para fines de promoción personal.
Es por ello que su reforma educativa, lejos de contribuir de algún modo a mejorar la educación nacional habrá de ser juzgada como una serie de ocurrencias y acciones improvisadas sin ton ni son, cuyos objetivos no fueron otros que la realización de lucrativos negocios (como la adquisición y distribución de millones de tabletas electrónicas de cuyos resultados, no se ha presentado el mas mínimo informe, o como los costosos sistemas informáticos utilizados, supuestamente para la evaluación punitiva de los maestros en todo el país), así como el acatamiento de instrucciones recibidas de organismos internacionales, interesados en buscar que la educación sea privatizada para convertirse en un atractivo negocio para las instituciones de crédito y los grandes capitales mundiales.
No es posible construir una casa comenzando por los techos, cuando aún no se cuenta con los planos y el proyecto arquitectónico, no se pueden construir los muros sin haber cimientos, ni se puede pensar en los recubrimientos sin tener aún las tuberías y las instalaciones eléctricas. Sin embargo esto es lo que ha hecho el actual gobierno al pretender modificar la educación. A la penúltima ocurrencia de querer llevar a los niños de las escuelas rurales a escuelas en poblados mayores, ignorando las perturbaciones sociales que ese proyecto causaría, el secretario Nuño, dio a conocer recientemente su proyecto para la renovación de los programas de estudio de las escuelas normales, ampliamente criticado por maestros e investigadores de esas escuelas, tal como lo informó La Jornada en días recientes, incluyendo una entrevista al Doctor Luis Bello de la Benemérita Normal de Veracruz. ¿Por qué se pretende modificar ahora, lo que supuestamente deben conocer y enseñar los futuros maestros normalistas? ¿No habría sido sensato comenzar por la revisión de los programas de estudio de esas escuelas?
Tarde descubrió Aurelio Nuño que las escuelas normales, lejos de constituir un monopolio para la preparación de los maestros como el en algún momento afirmó, fueron los elementos de una institución creada por el gobierno para dar cumplimiento a la Constitución. Por eso ahora en un supuesto afán de enmendar su error, el secretario pretende utilizarlos como instrumentadores de su proyecto, imponiéndoles un programa estudio con orígenes y objetivos dudosos.
Hace poco más de un año, algunos periódicos de Monterrey, publicaron la noticia de que este personaje había firmado un contrato millonario con el Tecnológico de Monterrey, para que éste le apoyara en la preparación de los nuevos planes de estudio que la Secretaría de Educación utilizaría para fortalecer la reforma educativa, ¿por qué había establecido ese contrato ignorando a las mismas escuelas normales, a la Universidad Pedagógica, y a las universidades públicas con escuelas de pedagogía? Seguramente porque su propia preparación le impedía siquiera, pensar en tal posibilidad. Al conocer el proyecto impuesto ahora a las escuelas normales, tiene sentido preguntarnos donde se concibió este programa; el mismo secretario de Educación debiera responder a esa pregunta, aunque sabemos que eso no lo va a hacer, en virtud de que ahora parece estar ocupado en un nuevo objetivo, lograr la presidencia de la República en 2018, a ello dedica hoy sus esfuerzos, seguramente con la idea de que sólo así, podría continuar su proyecto de reforma educativa, negándose a aceptar el fracaso de ésta, cuyos errores y caprichos tendrá que pagar el pueblo al que desprecia.
La vergonzosa conducta de Peña Nieto, actuando como agente de un gobierno extranjero para entrometerse en asuntos internos de Venezuela, constituye un nuevo agravio para nosotros los mexicanos.

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