EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
Primer Festival Mundial de las resistencias
Una lectura zapatista*
Pablo González Casanova
En nombre del EZLN, el subcomandante Moisés dirige –el primero de enero pasado en el caracol de Oventic– un mensaje solidario a los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de AyotzinapaFoto Raúl Vera /Cuartoscuro.com
En el contexto del Primer Festival Mundial de las Resistencias y las
Rebeldías contra el Capitalismo, padres de los 43 normalistas
desaparecidos de Ayotzinapa, organizaciones sociales y el EZLN
recibieron el Año Nuevo, el primero de enero pasado en el caracol de
Oventic, y refrendaron su decisión de luchar por la presentación con
vida de los estudiantesFoto Raúl Vera /Cuartoscuro.com
En los inicios del festival**, en un primer comunicado, el subcomandante Moisés
da un mensaje en que enumera uno a uno a los pueblos originarios allí
presentes. Los menciona de uno a uno desde el yaqui hasta el ikoot sin
orden alfabético. Son 35. Los mencionados sienten que los otros saben
que están allí.
Después, el subcomandante enumera a los de la Sexta Nacional
e Internacional. Son 26 empezando por México, y siguiendo en orden
alfabético desde Alemania hasta Túnez. Allí están Canadá, Estado
Español, Estados Unidos, Francia, País Vasco, Rusia… entre otros.
La representación es indígena, es nacional e internacional. El
conjunto muestra ser mucho de joven y nuevo y también una alegría
colectiva que trae recuerdos. No sólo es indígena, sino nacional y no
sólo es nacional, sino internacional. No sólo guarda memoria y saber de
pasadas luchas. También da muestras del conocer actual en que hay mucho
de joven, aquí y en el mundo.
En las siguientes palabras el subcomandante Moisés explora
un nuevo estilo de expresión. También de comunicación. Los frecuentes
puntos y aparte con que en el texto escrito sus pausas se registran
tienen sabor de sentencias que se dicen para reflexionar y hacer. Se
dicen con respeto y modestia. Y con firmeza.
Al empezar, el subcomandante aclara que por su voz habla el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El mensaje va a lo inmediato.
Informa que allí están, como invitados de honor que nos honran –dice–
los familiares de quienes nos hacen falta en Ayotzinapa, en México y en
el mundo.
En unas palabras junta a la comunidad, al país y al mundo. No aísla
las luchas de los pueblos originarios de las luchas nacionales y
mundiales.
Desde el principio lanza un postulado, que va a repetir una y otra
vez, en que relaciona la organización con la toma de conciencia. Hace
ver que sólo como pueblos organizados vamos a lograr la verdad. Y aclara
lo que nos ocultamos y lo que nos ocultan: sólo haremos
realidadorganizando el conocimiento y también la acción.
Hay que fijarse: la verdad desaparecida estará ausente mientras no
nos organicemos. Es más, sólo organizados con la verdad podremos
construir la justicia. Así, desde la organización de la comunidad y del
conjunto de comunidades organizadas –en su interior y entre ellas–
podremos construir la verdad y la justicia, esas que añoramos y que sin
organizarnos no lograremos por más que pensemos o que hablemos.
Ya no se refiere sólo a Ayotzinapa, sino al mundo. Habla de la verdad
que ha sido secuestrada, de la verdad que ha sido asesinada en los
rincones todos del planeta Tierra.
En ese punto aparece un énfasis teórico y estratégico impresionante.
La lectura zapatista ya no sólo se concentra en desconfiar de los malos
gobiernos, tema que el zapatismo invocara una y otra vez en la lucha por
la libertad. Lo sigue haciendo, pero con más profundidad e insistencia.
En voz del subcomandante sostiene que esos malos gobiernos
son empleados del capital; que sólo sirven a los grandes capitalistas, y
que más bien recuerdan a los capataces, mayordomos y caporales de las
grandes haciendas capitalistas.
El llamado a la memoria colectiva y a la experiencia histórica de
padres y abuelos da mucho que pensar. Ayuda a salirse del mundo de las
abstracciones. Junta el pensar y el actuar, el pasado y presente, el
antes y el ahora, el aquí mismo y el planeta Tierra. Todo por si algo se
descuida, o no se considera, o no se sabe. Esa es la verdad que camina
en la casa y en el mundo.
Y no importa lo que digan los malos gobiernos, porque en realidad no
son gobiernos que piensen y actúen por su cuenta, sino que mandan
obedeciendo al mero mandón que es el capitalismo neoliberal.
En su conclusión del pensar de veras para actuar, afirma que vivimos
en un mundo en que todo lo que queramos construir de verdad lo tenemos
que construir entre nosotros.
Y allí aparece el ejemplo de los familiares de los asesinados y
desaparecidos de Ayotzinapa. Andan construyendo su búsqueda de la verdad
y la justicia al construir su propia lucha. Por la construcción de la
propia lucha se empieza.
Tras esa reflexión viene otra no menos importante contra el
individualismo. Esa que se da también por los intereses personales o
mafiosos, por las clientelas o las sectas y por las
tribuspolíticas e incluso revolucionarias, que se destruyen en su interior mismo y que hacen estallar los proyectos emancipadores.
Hay que sostener con firmeza el pensar y actuar en solidaridad con
nuestros hermanos vivos o muertos, con esa solidaridad insumisa en que
nos ponen el ejemplo los familiares de los asesinados y desaparecidos en
Ayotzinapa, los papás y las mamás que dejaron sus casas, sus familias y
su trabajo para encontrarse con otras familias que tienen iguales
dolores, rabias y ganas de resistencia.
Es decir, no hay que dejarse dominar por los intereses individuales
ni sólo por los familiares, ni quedarse nada más en la lucha del
poblado, del barrio o de la aldea, sino compartir con las resistencias y
luchas que otros dan en otras partes.
Lo primero es luchar contra el individualismo que tanto daño hace a
los lazos familiares, a la fuerza de la comunidad o del movimiento de
comunidades, y luchar contra la idea de que un hombre o una mujer por sí
solo, como individuo admirable va a resolver nuestros problemas. No
pensar nada más en los intereses individuales ni creer en el individuo
que dice que nos va a salvar.
En este punto aparece la crisis de los partidos políticos en el mundo
y el fin de las ideologías y de los programas anunciados en las
campañas, que ni se respetan ni se cumplen. Esa crisis de las ideologías
y de los partidos que tanto quiso y quiere la ultraderecha para imponer
el reino de las corrupciones y represiones, pero que también es una
realidad que muestra a los pueblos lo engañoso de la democracia en que
los pueblos no mandan.
Nada de mediaciones de políticos y partidos que nomás dividen y se
olvidan de todo y de todos. Nada de vanas esperanzas en que nos van a
salvar, cuando lo único que les interesa es tener bases de apoyo para
ganar puestos y concesiones en el interior de sus partidos o de sus
gobiernos.
Y dice: convocamos a construir y a extender la organización en cada
lugar donde vivimos y donde otros que sufren viven. Para eso es
necesario imaginar cómo puede ser una nueva sociedad. Estudiar cómo
estamos en esta sociedad en que vivimos.
En lo que se refiere a nosotras y nosotros, los zapatistas es
una sociedad donde somos explotados, reprimidos, despreciados (pongan
atención) y despojados por siglos de patrones y hasta hoy, finales de
2014 y principios de 2015, así sigue la sociedad.
Desde entonces hasta ahora nos han querido engañar, diciéndonos que
ellos, los de arriba, son los más chingones (se refiere al
neodarwinismo) y que nosotros, nosotras, no servimos para nada (se
refiere al neomaltusianismo).
Que somos tontos y tontas, así nos dicen.
Que ellos sí saben pensar, imaginar, crear, y que nosotros y nosotras somos los peones en lo que hacen.
¡Al carajo con eso!, afirma contundente y expresivamente... Y vuelve a la organización, con reflexiones cada vez más profundas:
Los compañeros estudiantes desaparecidos nos están llamando a
organizarnos para que no nos pase igual en este sistema en que estamos.
Porque lo han explicado muy bien los familiares de Ayotzinapa. Como
buenos maestros, los familiares han explicado que el responsable del
crimen es el sistema capitalista por medio de sus capataces, de sus
escuelas para capataces, mayordomos y caporales. Y esas escuelas donde
aprenden son los partidos políticos de quienes sólo buscan cargos,
puestos, puestecitos. Ahí es donde se preparan los serviles de los malos
gobiernos. Ahí es donde aprenden a robar, a engañar, a imponer, a
mandar. De ahí salen los que hacen las leyes, que son los legisladores.
De allí salen los que obligan a cumplir esas leyes, con la violencia,
que son los presidentes grandes, medianos y pequeños, con sus ejércitos y
policías. De ahí salen los que juzgan y condenan a los que no obedecen
esas leyes, que son los jueces… Su trabajo allá arriba es no dejarnos
respirar a los que estamos abajo.
Otra aclaración. La lucha no es de razas, ni de lenguas ni de
nacionalidades ni de generaciones. Y esto es lo que nos enseñan los
familiares y compañeros de Ayotzinapa, que es mejor que nos busquemos y
nos encontremos quienes padecemos esta enfermedad que se llama
capitalismo. Ayotzinapa no está en el estado mexicano de Guerrero, sino
que está en todo el mundo…
Con estas y otras palabras que conmueven vale mucho la pena leer el
discurso completo, ya sin las apostillas que le pusimos para hacer ver
que la sabiduría humana se expresa por la boca de los zapatistas, y que
los zapatistas dejan claro una y otra vez que cada quien deberá luchar
según su propio pensamiento, según su lugar, según su historia, según su
modo.
Con esa amplitud de ideas, de posiciones, de compromisos, tras la
crisis de las ideologías, los zapatistas se enrocan en la lucha por un
mundo moral y por el redescubrimiento de la teoría crítica. En sus
palabras, del
pensamiento crítico, como veremos.
La organización de la verdad y del deber con los de abajo y a la
izquierda se convertirá en fuerza, junto con lo que se aprenda de la
propia lucha y de otras luchas a cuyos integrantes se acompañe, y con
los que se dialogue, de los que se aprenda. Luchar, dialogar y aprender
son tan importantes como organizarse.
Casi al terminar sus palabras con un abrazo de cariño y admiración
que los zapatistas les dan a los ausentes y presentes de Ayotzinapa,
menciona uno a uno los nombres y apellidos de los cuarenta y seis
muertos y desaparecidos… Sus nombres resuenan de manera impresionante…
Son de los caídos por un mundo en que desaparezca la explotación, la
represión y la discriminación, por un mundo sin capitalismo.
Y volviendo a esa lucha, tenemos que saber que nos van a querer
comprar, nos van a querer dividir, nos van a meter todo el miedo o los
miedos que puedan, y nos van a poner trampas para distraernos de nuestra
verdadera lucha y para que abandonemos (aquí sale un concepto
inesperado y presente) nuestro NO a las trasnacionales, todo porque sólo
queremos vivir en paz sin explotación del hombre por el hombre, con
igualdad entre hombres y mujeres, con respeto a lo diferente, y a que
decidamos juntos lo que queremos en el campo y en la ciudad.
Vuelve así la creciente idea de las comunidades y sistemas de
comunidades que deciden, que tienen el poder organizado de decidir, y
que nada tiene de anarquista, como creen los marxistas metafísicos con
entusiasmo o enojo, sino que corresponde a otro modo nuevo de expresión
de una lucha con diferentes actores y su historia, en que cuenta la de
los pueblos originarios y la de los compañeros de la Sexta nacional e
internacional actuales y potenciales...
Pero nada de vanos alardeos. Sabemos que falta lo que falta. De por
sí lo sabemos. Aunque el pensamiento crítico es necesario para la lucha.
Teoría le dicen al pensamiento crítico. El pensamiento que pregunta,
que cuestiona, que duda… Pensar y luchar, luchar y pensar. Ni en las
condiciones más difíciles debemos abandonar el estudio y el análisis de
la realidad. El estudio y el análisis son también armas para la lucha,
para la organización.
Ni solita la práctica, ni solita la teoría. Y recordar: no hay un
solo caminante. No hay un solo camino. Son muchos aunque el destino es
el mismo: la libertad, la libertad, LA LIBERTAD.
Que muera la muerte que el capitalismo impone. Que viva la vida que la resistencia crea.
* Con esas palabras, que el lector podrá encontrar en la dirección de Enlace Zapatista (http://enlacezapatista.ezln.org.mx/)
y en otros sitios, dejamos estas apostillas a un original que revela el
papel fundamental y el pensamiento profundo, que teniendo un alcance
universal, proviene de las minorías étnicas y de los pueblos
originarios, pioneros en la construcción de otro mundo posible y
necesario, en que la sociedad se organice, para que se haga lo que sus
integrantes decidan, meta y medio liberador en que se da a la política
un papel dialogal y pedagógico sin precedente en la historia de la
educación y el diálogo.
** Primer Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra
el Capitalismo: Donde los de arriba destruyen, los de abajo
reconstruimos, que se desarrolló a finales de diciembre y principios de
2015 en la comunidad ñathó San Francisco Xochicuautla, en Lerma, estado
de México; Temoac, Morelos; Iztapalapa, DF; Candelaria, Campeche, y
Oventic y San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
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