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Educación pública en México
Juan Tonda*. La Jornada. Opinión, sábado 24 de octubre de 2015
Después de trabajar
durante más de cinco años en el programa de Enseñanza de Física con
Tecnología en la Secretaría de Educación Pública (SEP), hace algunos
años, con un gran equipo dirigido por Elisa Bonilla y Teresa Rojano,
creo oportuno señalar mi punto de vista en el gran debate de la
evaluación de los profesores en México.
Los cerca de 2 millones de maestros que dan clases de primaria y
secundaria en México son personas que trabajan a diario frente a grupo,
los menos, ocho horas y, los más, de 12 a 13 horas, para recibir un
salario más o menos decente que llegue a alrededor de 15 mil pesos
mensuales. En una escuela privada, el mismo trabajo se paga en alrededor
de 40 mil pesos.
Los profesores de educación básica por supuesto que están dispuestos a
capacitarse, pero sólo tienen para su preparación unas horas los
sábados, que roban a la familia. He trabajado con alrededor de 500
mentores que tienen muy buena disposición a capacitarse. Y creo que
todos tendríamos que hacerlo.
En este sentido, parece que la nueva reforma de educación no trata
los problemas de fondo de la educación básica en este país. El primero y
más importante es que los profesores de educación básica reciban un
salario justo por su labor y que dediquen tiempo suficiente en sus
clases para capacitarse y renovar sus conocimientos. Un docente que
trabaja ocho horas frente a grupo no puede instruirse.
Esta es una responsabilidad de la SEP y no de los maestros de educación básica de todo el país.
No se puede pedir que los profesores mexicanos se capaciten y que
tengan gran nivel educativo si no se les otorga un salario decoroso para
que lo hagan. Y lo más importante, que se les dejen horas libres frente
a grupo para que se capaciten. Ambas condiciones son indispensables
para que la educación pública en México mejore.
El segundo punto de gran importancia es el papel que desempeña la SEP
en el apoyo a la infraestructura de las escuelas de educación básica en
México. Hasta ahora la SEP únicamente paga el salario de los maestros,
pero el respaldo para la infraestructura de las escuelas y la compra de
materiales educativos complementarios se ha dejado en manos de los
padres de familia, lo cual ha hecho que los planteles de educación
pública en México reflejen las condiciones de pobreza de cada parte del
país.
El tercer gran problema de la SEP es el cambio de los
programas educativos, en el cual se involucra a cientos de
profesionales, quienes ven que su trabajo de muchos años se va al bote
de la basura simple y sencillamente, porque se cambiaron los programas y
sus libros ya no sirven. Yo personalmente he hecho dos libros para
secundaria, que están en el bote de la basura. Y me pregunto: mi trabajo
y esfuerzo, ¿dónde queda para la SEP?
Finalmente, pienso que hay dos formas de evaluar que deben quedar muy
claras. La primera es la evaluación formativa, y la segunda, la
sumativa. Creo que la SEP ha querido aplicar la segunda para despedir
injustificadamente a alrededor de 250 profesores. Yo le propondría al
secretario que capacite a los profesores en lo que salieron mal, para
que el próximo año aprueben su examen. Esa es la evaluación formativa.
Por último, si de evaluación se trata, los maestros con justicia
podrían pedir que se evalúe a quienes dirigen la SEP, para ver si poseen
conocimientos y currículum en educación suficientes para ocupar el
cargo que dirigen. Creo que es justo evaluar a todos. ¿El actual
secretario tiene los conocimientos en educación para dirigirla? Creo que
es una pregunta pertinente.
Así que mi propuesta es que a los profesores de educación básica de
todo el país se les eleve su salario al doble y se reduzcan sus horas de
clase a la mitad.
Y finalmente, que la SEP otorgue apoyo a todas las escuelas del país,
para que tengan la infraestructura y los materiales educativos
necesarios, y no que los padres de familia se encarguen de ella. Para
lograrlo creo que restaría recursos a la justicia para destinarlos a la
educación pública.
*Instituto de Energías Renovables, UNAM, Temixco, Morelos.
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