viernes, 6 de noviembre de 2015

OAXACA: ¿GOBERNAR A GOLPES O ABRIR EL DIÁLOGO? Y LA FUERZA CONTRA LAS RAZONES

EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,

















































































































































































































































 DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA

 ¿Gobernar a golpes o abrir el diálogo?


Magdalena Gómez. La Jornada. Opinión, martes 3 de noviembre de 2015. (Ver más abajo: La fuerza contra las razones.  Manuel Pérez Rocha..La Jornada. Opinión, 6 de noviembre de 2015)
Toma fuerza el huracán de la represión al movimiento magisterial representado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Es indignante la imagen de los cuatro maestros custodiados por la Policía Federal de Oaxaca rumbo al penal de alta seguridad del Altiplano, con similar escenario al de la llamada delincuencia organizada, la que escapa con la complicidad de quienes la resguardan.
¿Cuántas y cuántos en nuestra historia han recibido trato semejante o aún peor?, ¿cuántas y cuántos han cometido el delito de lesa rebeldía?, ¿a cuántas y a cuántos de los nuevos inquisidores, perdón, los nuevos evaluadores, se les ha perdido la memoria? ¿Tiene límites su participación con el gobierno? No parece haberlos. Ya una integrante del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación declaró que ojalá no afecten a la evaluación estas detenciones sobre las cuales, al igual que el nuevo secretario de Educación, asumen que han incurrido en actos delictivos y ellos sí que confían en la ley. Es un hecho, el peñanietismo ha emprendido la cruzada de evaluar a toda costa sólo a uno de los eslabones del proceso educativo, al villano favorito, al magisterio democrático y para ello se deja de lado la autoevaluación del sistema priísta al que tan útil le fue el corporativismo corrupto del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), su eterno aliado incondicional.
La CNTE ha repetido hasta el cansancio que no se opone a la evaluación, sino a esta evaluación punitiva que no se basa en un nuevo modelo educativo construido con su participación. En 2013 realizó una serie de foros en todo el país, acordados con la Secretaría de Gobernación, cuyos resultados no merecieron siquiera comentarios; después elaboró una propuesta de ley de educación para Oaxaca que tampoco fue discutida. El gobierno y sus seguidores piensan que durante tres décadas se ha mantenido un movimiento sólo con base en sus líderes, corruptos por definición, según la campaña mediática. También suponen que la demanda democrática surgió de la nada, que el olvido de la dimensión educativa corresponde sólo a las maestras y a los maestros. Su reforma educativa está viciada: no puedes evaluar por efectos, si saben o no saben lo que suponen implícitamente que deben saber. Del país de reprobados que hace dos décadas se denunció, ahora pasamos al país de evaluados. La Secretaría de Educación Pública ha vivido mejores tiempos, aun en contextos de corporativismo; ha diseñado propuestas de reforma sobre otras bases aún con escasa participación del magisterio, pero sin colocarlo al pie de la horca. Hoy está poniendo la carreta delante de los bueyes y lo hace de manera irresponsable, por decir lo menos, porque desautorizar, descalificar al magisterio implica destruir uno de los puentes, ciertamente frágiles hoy en día, de un tejido social que el país necesita.
No es cierto que estén criminalizando a cuatro maestros presuntamente delincuentes y de alta peligrosidad; están poniendo a prueba su capacidad de desmovilizar a un sector social organizado y cooptar por el miedo a las bases magisteriales. Evaluarse a ciegas o salir del servicio público, tal es la disyuntiva y no es fácil. Tampoco es casual que desde la SEP y su secretario se cierre filas con los gobiernos de las entidades objetivo para el impulso a sus regiones económicas especiales: Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas. ¿Mera coincidencia? Esas regiones son fuertes en resistencia social e indígena, en organización y también en exclusión y extrema pobreza. El peñanietismo no está dando palos de ciego, sabe dónde tiene que golpear y para ello la evaluación educativa es un medio y el llamado interés superior de Nuño encubre la campaña en favor de uno de sus alfiles.
Nos preguntamos si desde los movimientos sociales existe capacidad para resistir al huracán peñanietista y desviar su rumbo para que se concrete un diálogo respetuoso con el magisterio democrático. El Grupo Paz con Democracia, cuyo origen proviene de la experiencia de mediación en Chiapas, ha señalado que este grave conflicto social en el ámbito educativo no puede ser resuelto con militarización, escalada represiva y criminalización de las oposiciones. Llamamos a recuperar por la vía de la interlocución, la solución real a las demandas magisteriales que resulte en un proceso nacional para dar contenido y dimensión a la verdadera reforma educativa que el país reclama ( La Jornada, 31/10/15). Estas voces, con muchas otras, lograron en 1994 detener la embestida represiva contra el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. La contrarreforma educativa puede abrogarse, la Constitución lo permite. Aún es tiempo, urge detener la estrategia autoritaria. Las maestras y los maestros necesitan tranquilidad para sentarse a dialogar y definir conjuntamente con el gobierno los cambios que requiere el modelo educativo. Como bien dijo Jesús Reyes Heroles: no despertemos al México bronco.


La fuerza contra las razones
Manuel Pérez Rocha..La Jornada. Opinión, 6 de noviembre de 2015
A los maestros disidentes les asiste la razón, esto explica su tenaz resistencia a la mal llamada reforma educativa. Frente a ellos, están el autoritarismo, el simplismo y el dogmatismo con los cuales el régimen enfoca los problemas educativos del país. Si no se construye un espacio de comunicación, la confrontación seguirá con resultados imprevisibles.
Los maestros tienen argumentos sólidos cuando caracterizan a dicha reforma como una contrarreforma laboral. El mismo novel secretario de Educación lo ha dicho: se va a implementar (sic) la reforma educativa, se les va a descontar el sueldo a los maestros que no den clases, se va a despedir a los que no se evalúen. Esta es la idea más fuerte del gobierno acerca de la reforma educativa. Su visión es la de un patrón cuyos empleados deben ser sometidos por el miedo a la merma de su salario u otra penalidad, incluso el despido.
Las autoridades de la SEP no han expuesto otro concepto de reforma educativa, ni las que consideran son sus bondades y razones, mucho menos un programa de trabajo consecuente. No lo juzgan necesario, para eso están en el poder, para imponer la ley. Cuando hace alarde de las sanciones que se aplican a los maestros, el secretario ha dicho: La ley tiene que cumplirse, ya estamos aplicando la reforma educativa. No importa que esa ley haya sido impuesta ilegalmente, pues, violando la Constitución, no la discutió el Congreso de la Unión, ya la había aprobado el Pacto por México.
Para el régimen, ante todo están el ejercicio del poder… y los negocios. El argumento de que su interés es la educación de los niños es un chantaje teatral. Su interés supremo es la carrera a 2018. Si en verdad les preocupa la educación de los niños ¿Cómo es que en los altos puestos de la SEP sólo hay operadores políticos priístas y ni un solo educador? ¿Cómo es que el gobierno tolera, ampara y promueve la estupidización que generan la televisión y otros medios? (corrobora su complicidad con esta deseducación el regalo de millones de televisores al pueblo para garantizar la enajenación) ¿Cómo es que sigue apoyando y manteniendo la estructura corrupta y despótica consolidada por Elba Esther Gordillo en el SNTE? ¿Cómo es que en tres años no ha hecho una sola propuesta pedagógica para mejorar la educación? ¿Cómo es que desatendiendo las advertencias de los especialistas sigue imponiendo un sistema de evaluaciones estandarizadas a estudiantes y maestros, y repartiendo sin ton ni son tabletas y otros costosos juguetes? ¿De quién es el negocio?
Los maestros lo han dicho en todas las formas posibles: no se oponen a la evaluación, rechazan esa evaluación impuesta por el gobierno, la cual, a pesar de declaraciones en contrario, se traduce en premios y castigos, garrotes y zanahorias. Para comprobar esto basta leer los documentos oficiales de la SEP y del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y escuchar al secretario. Con total falta de pudor, a los maestros que obtengan buenos resultados en las evaluaciones se les ofrece mayor salario y… ¡créditos fáciles para comprar casa! Por supuesto, a los que no, pues no. La educación que construyen la SEP y el INEE se sustenta en un soborno, no en un principio ético. Es una irresponsabilidad del instituto avalar este antipedagógico y corruptor sistema de incentivos y amenazas a los maestros.
El gobierno acusa a los maestros disidentes de oponerse a su reforma porque –dice– defienden intereses ilegítimos y no plantean propuestas. Acusaciones sin sustento. Sólo quienes tienen asegurada una vida más que holgada pueden considerar ilegítima la demanda de seguridad en el empleo, única posibilidad de sobrevivencia para la gran mayoría de los mexicanos. Además, los maestros disidentes defienden un proyecto educativo opuesto a la paupérrima visión de los tecnócratas. En los tres años recientes han producido –en condiciones fatigosas, costosas y precarias– cientos de páginas como resultado de sus coloquios, congresos y asambleas. Pero para la SEP y el INEE esos trabajos no tienen valor, no merecen atención, no se la han dado. Con un prejuicio clasista, envían al cesto de la basura lo que, por su lenguaje combativo y de denuncia, les parece pura grilla populista.
A los gobernantes ya se lo dijeron muchas voces, no entienden que no entienden. No entienden que están frente a un problema social, no uno policiaco; un problema social de raíces históricas generado por los gobiernos priístas y panistas que durante décadas usaron la educación para sus fines –esos sí– ilegítimos.
Como pocas veces, la política educativa ha sido utilizada para generar un avasallador espectáculo al servicio del poder y que ha tenido eficacia porque en la elaboración del guión y la puesta en escena se han hermanado los intereses de los poderosos y las ideas provistas por personajes investidos de supuesta autoridad en la materia: la Junta Directiva del INEE. Sin más reflexión, e ignorando el significado de las palabras que regurgitan, periodistas, analistas, comentaristas y demás repiten los mantras: legalidad,excelencia, educación de calidad,evaluación, maestros idóneos, los derechos de los niños. Sin análisis y concreción sólida, estos enunciados son pura propaganda y manipulación.
Pero el conflicto tiene otro nefasto componente de igual fondo y trascendencia. La contrarreforma laboral impuesta al magisterio es un duro golpe a toda la clase trabajadora del país. Es, finalmente, el rompimiento histórico, total, de las relaciones surgidas de la Revolución, minadas progresivamente por la corrupción y la dictadura del capital. Esta contrarreforma significa, entre otras disposiciones, la cancelación del derecho a la representación y defensa colectiva de los trabajadores, y a la negociación bilateral de las condiciones de trabajo. Es urgente que las organizaciones de trabajadores –del campo, de la industria, de los servicios– que mantienen autonomía y combatividad, tomen conciencia de la gravedad del momento, y haciendo a un lado afanes protagónicos, egoísmos y miedos, construyan un movimiento capaz de enfrentar la embestida y avanzar en la construcción de un nuevo México.







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