EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
La evaluación, la Secretaría y el Generalísimo
Adolfo Gilly/Imanol Ordorika. La Jornada. Opinión, miércoles 25 de noviembre de 2015
La reforma emprendida por la actual administración carece de un proyecto educativo que la guíe y le dé sustento. Se reduce a un conjunto de modificaciones legales para la administración del sistema escolar. Se limita a regular las condiciones laborales del magisterio a través de procedimientos de evaluación que, lejos de contribuir la mejora docente, conforman un aparato abigarrado de control y vigilancia al que son sometidos, de manera vertical y autoritaria, las y los profesores en nuestro país.
Así dice el segundo inciso de un documento dirigido
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a la sociedad mexicana, a los maestros y maestras del país y a la Secretaría de Educación Pública, firmado inicialmente por 348 participantes del XIII Congreso Nacional de Investigación Educativa celebrado en la ciudad de Chihuahua entre el 16 y el 20 de noviembre de 2015. Figuran entre ellos destacados especialistas en temas educativos y ochenta integrantes del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), alto organismo que contó con 106 de sus miembros presentes en el XIII Congreso en Chihuahua (texto completo en https://www.change.org/p/sep-mexico-por-una-reforma-educativa-necesaria-y-respetuosa--del-magisterio?recruiter=254170001&utm_source=
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En sus cinco incisos el documento es mesurado en su lenguaje. Está dirigido, con el respeto a cada quien debido,
a la sociedad mexicana, a los maestros y maestras del paísy
a la Secretaría de Educación Pública, en ese orden. Al mismo tiempo, es también severo. Dice su tercer inciso:
Los cambios se han realizado sin la participación ni la consulta debida a los maestros. Se les concibe como objetos y no como sujetos, actores imprescindibles en la transformación requerida. La reforma se ha fincado en la estigmatización del magisterio. Con ello no sólo se perdió al actor principal de cambio en los procesos educativos, sino que se le desautorizó socialmente y se le condujo a una situación límite: someterse o perder el empleo.
El cuarto inciso contiene una escueta y difícilmente refutable
evaluación de la ineptitud y la improvisación de los evaluadores. Podría
titularse:
Los evaluadores, evaluados:
Además de tener un carácter punitivo, los criterios rectores y las prácticas de evaluación son imperfectas y poco confiables. El apresuramiento en su diseño y construcción han impedido una validación adecuada de las pruebas y existe una gran improvisación en la capacitación de evaluadores. En suma, no se garantiza una evaluación confiable y en cambio se ponen en juego las condiciones de vida de cientos de miles de maestras y maestros.
Este breve párrafo describe una inepcia, un abuso, un drama y, si
llegara el caso, una tragedia: una evaluación, administrativa e
improvisada, amenaza nada menos que
las condiciones de vida de cientos de miles de maestras y maestrosmexicanos, cuyos sueldos son tan precarios como las condiciones en que trabajan.
Un quinto inciso, severo, cierra la declaración:
“Ni la violencia ni la administración selectiva de la justicia con
fines políticos son formas adecuadas para resolver la gran polarización
que ha provocado la reforma gubernamental, ni permiten atender las
profundas necesidades educativas de nuestro país. (…)
No es válido que la prisa, el prejuicio o la arrogancia pongan en riesgo un proceso tan importante como es la educación de las niñas y los niños. Hay que sustituir al ruido y la amenaza con espacios para el debate, el diseño concertado y la negociación de los caminos por los que ha de transitar la renovación de la educación mexicana.
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Colofón:
Hemos podido leer con detenimiento el oficio número 500.1/2015, de
fecha 5 de noviembre de 2015, firmado por el doctor Salvador Jara
Guerrero, Subsecretario de Educación Superior de la SEP, y dirigido a la
doctora Sylvia Schmelkes del Valle, Consejera Presidenta de la Junta de
Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
(INEE), con copias (y acuse de recibido) para Eduardo Backoff, Gilberto
Guevara, Margarita Zorrilla y Teresa Bracho, miembros de la Junta de
Gobierno del INEE. Es respuesta a un documento denominado
Directrices para mejorar la formación inicial de los docentes de educación básicaenviado por el INEE a la SEP el 7 de septiembre de 2015.
El contenido de aquel oficio, en cuyo análisis no entraré aquí, es
una discusión sobre las respectivas atribuciones de la SEP y el INEE en
lo que toca a la evaluación de la preparación inicial del magisterio. El
oficio, después de invocar un análisis constitucional y legal que lo
fundamenta, se inicia y concluye con dos afirmaciones terminantes:
no existe duda alguna de que la referida evaluación es competencia exclusiva de esta Secretaría; y
resulta indiscutible que la única autoridad competente para evaluar la formación inicial de docentes de educación básica es la SEP.
Y aquí ya tenemos al INEE puesto en su lugar por un oficio de la SEP.
No ha llegado a nuestro conocimiento, si es que la hay, la respuesta
del INEE. Este oficio viene en cinco cuartillas, encabezadas por el
membrete de la SEP a un lado, el escudo nacional al centro y el membrete
de la Subsecretaría de Educación Superior al otro.
Ahora bien: una línea más abajo, en el centro de ese encabezado, como
parte destacada del membrete, página tras página aparece a la letra la
siguiente leyenda:
2015. Año del generalísimo José María y Pavón
¿Nadie en la SEP evaluó ese membrete? ¿Nadie se dio cuenta de que
habían desaparecido nada menos que el nombre de Morelos? ¿Nadie anotó
que, en este caso,
Generalísimose escribe con mayúscula inicial? ¿Cuántas decenas, cientos, miles de documentos provenientes de la SEP lucen tal encabezado? ¿Exageran acaso los docentes firmantes cuando señalan que las prácticas de evaluación de la SEP son
poco confiablesy en su diseño y aplicación existe
apresuramientoy
gran improvisación? ¿Le van a echar ahora la culpa en la SEP al impresor, al corrector de pruebas, a la secretaria o al primer subordinado que encuentren a su alcance? Dejamos la respuesta a cargo de quien corresponda.
En la UNAM, si alguno de nuestros estudiantes incurriera en una
omisión semejante, le aconsejaríamos no fiarse de Internet y de su
computadora y leer a Jorge Ibargüengoitia, Los pasos de López primero, Los relámpagos de agosto después.
Carece de un proyecto que la guíe y le dé sustento, dicen
La reforma educativa estigmatiza a profesores, señalan expertos
Se reduce a un conjunto de modificaciones administrativas, opinan
Emir Olivares Alonso. Periódico La Jornada. Martes 24 de noviembre de 2015, p. 4
Expertos del Consejo Mexicano de Investigación
Educativa (Comie) señalaron que la reforma en el sector emprendida por
la actual administración ‘‘carece de un proyecto que la guíe y le dé
sustento y se reduce a un conjunto de modificaciones legales para la
administración del sistema escolar’’.
Los académicos subieron al portal change.org una petición
dirigida a la Secretaría de Educación Pública (SEP) en la que
advirtieron que la reforma educativa ‘‘se limita a regular las
condiciones laborales del magisterio a través de procedimientos de
evaluación que, lejos de contribuir a la mejora docente, conforman un
aparato abigarrado de control y vigilancia al que son sometidos de
manera vertical y autoritaria los profesores’’.
El documento es suscrito por 80 de los 116 miembros del Comie, así
como por decenas de participantes del 13 Congreso Nacional de
Investigación Educativa, organizado por este consejo y que se realizó en
Chihuahua, Chihuahua, entre el 16 y 20 de noviembre. Entre quienes lo
firman destacan María de Ibarrola y Eduardo Weiss, del Cinvestav; Ángel
Díaz Barriga e Imanol Ordorika, de la UNAM; y Manuel Gil Antón, de El
Colegio de México, entre otros.
Más de 3 mil 550 firmas
Hasta ayer por la tarde, la solicitud contaba con más de 3
mil 550 firmas de apoyo. En ella, los expertos subrayaron que las
modificaciones en la materia se hicieron sin la participación ni la
consulta debida a los maestros. ‘‘Se les concibe como objetos y no como
sujetos, actores imprescindibles en la transformación requerida. La
reforma se ha fincado en la estigmatización del magisterio. Con ello, no
sólo se perdió al actor principal de cambio en los procesos educativos,
sino que se le desautorizó socialmente y se le condujo a una situación
límite: someterse o perder el empleo’’.
Para quienes suscriben el documento, la reforma educativa
tiene ‘‘un carácter punitivo’’, además de que los criterios rectores y
las prácticas de evaluación ‘‘son imperfectas y poco confiables. El
apresuramiento en su diseño y construcción han impedido una validación
adecuada de las pruebas y existe una gran improvisación en la
capacitación de evaluadores. En suma, no se garantiza una evaluación
confiable y en cambio se ponen en juego las condiciones de vida de
cientos de miles de profesores’’.
Consideraron que lo que está en juego ‘‘es vital para México. No es
válido que la prisa, el prejuicio o la arrogancia pongan en riesgo un
proceso tan importante como es la educación. Hay que sustituir el ruido y
la amenaza con espacios para el debate, el diseño concertado y la
negociación de los caminos por los que ha de transitar la renovación
educativa’’.
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