EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
Infancia y sociedad
UNAM: raza y espíritu
Andrea Bárcena. La Jornada, sábado 2 de abril de 2016
A la legua se notan las
ganas del rector Graue Wiechers de poner las manos encima de los
muchachos y muchachas que habitan el auditorio Che Guevara, de
la Facultad de Filosofía y Letras. Ha insinuado que si no es por la
buena, será por la mala: “después de agotar todos los recursos de
negociación…” Pero ¿cuáles son todos los recursos para negociar?
¿Existirá por ahí un brillante y actualizado Sócrates capaz de generar
un diálogo inédito sobre los derechos, obligaciones y oportunidades
dadas y negadas a los jóvenes mexicanos? ¿Se sabe realmente quiénes son
los Okupa Che UNAM? ¿Qué piensan, cómo viven y cuáles son sus
sueños? Porque para negociar con ellos hay que conocerlos y hacer a un
lado una montaña de prejuicios, que es lo único que se tiene.
No son terroristas ni malvivientes. Hay constancias. Cotidianamente
preparan un menú económico para quien no tenga mejor oferta. Elaboran,
además, unas ricas tortas que se antojan al pasar, y venden artesanía
bonita y original. Yo les he comprado alguna cosita. Los Okupa Che son
una válida expresión de cultura disidente; emblema de muchos miles de
jóvenes cuyo más grande sueño es o fue ingresar a la UNAM, a esa
universidad que no es propiedad de ningún rector porque pertenece al
pueblo.
Ellos y ellas son un continuo recordatorio vivo de que no todo está
bien en la UNAM ni en el país, y de que millones de niños y jóvenes
apenas sueñan con comer todos los días y tener para pagar un cafecito.
Además, todo indica que esos muchachos tienen proyecto
autogestivo y normatividad implícita o formal; de otra manera no
hubieran logrado 15 años de convivencia. Es cierto que quienes hoy
habitan ahí no son los que tomaron originalmente el lugar. Unos
se van y otros llegan. Nada se sabe de esa dinámica. Pero lo cierto es
que se trata de una población emparentada con los exiliados, migrantes y
refugiados del mundo. Por lo tanto, la UNAM no puede incurrir hoy ni
nunca en un acto infame de
limpieza social, aunque haya quienes amen la pulcritud por encima de los derechos humanos. Es necesario inventar formas de inclusión cultural: convertir el auditorio Che Guevara (que sería antihistórico volver a llamar Justo Sierra) en área de expresión y arte de la disidencia, que se corresponda con una gran universidad. Se puede crear un albergue universitario para estudiantes de bajos recursos y un programa de becas justo y transparente. Existen un sinfín de alternativas mejores y más inteligentes que
levantar muroso hacer un desalojo violento. Ahora más que nunca corresponde a los verdaderos pumas honrar la grandeza de nuestro lema:
Por mi raza hablará el espíritu.hypatia.alejandria18@gmail.com
su asistencia, acudieron menos de 400
Difieren voces sobre el Che Guevara en
mitin convocado por alumnos de derecho
Organizadores, acusados de ser priístas,
negaron el micrófono a oradores
que no tenían previstos
negaron el micrófono a oradores
que no tenían previstos
Manifestación promovida por grupos proclives a la desocupación del auditorio Justo Sierra o Che GuevaraFoto José Antonio López
Se presentaron también integrantes del colectivo Okupa CheFoto José Antonio López
Emir Olivares y Blanca Juárez
Periódico La Jornada
Sábado 2 de abril de 2016, p. 30
Sábado 2 de abril de 2016, p. 30
El mitin convocado por estudiantes de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM para exigir la desocupación del auditorio Che Guevara fue el foro para que universitarios de diversos sectores manifestaran diversas posiciones al respecto.
Aunque los organizadores, agrupados en los colectivos denominados
Orgullo Universitario, Ius Mx y Actitud Universitaria preveían la
participación de ocho oradores, otros jóvenes exigieron el uso del
micrófono para expresar sus propuestas en torno a la problemática del
recinto, oficialmente llamado Justo Sierra y que en septiembre de 2000
fue tomado por diversos colectivos sociales y estudiantiles.
En los portales de Facebook de los promotores, más de mil personas
confirmaron que asistirían al mitin, realizado en la explanada de
rectoría de la UNAM, pero sólo llegaron entre 350 y 400 personas,
incluidos integrantes del grupo autodenominado Okupa Che, que desde hace poco más de dos años mantiene el control del auditorio, levantando cartulinas con la leyenda:
No al desalojo.
Desocupación pacífica, el llamado
El acto se inició poco después de las 13 horas. Edwin
Méndez, estudiante de la FD, leyó el pronunciamiento de los convocantes,
quienes portaban playeras que decían #DesokupaChe, en el que se exigió
la desocupación
pacíficadel Justo Sierra para devolverlo a la comunidad, la instalación de mesas de diálogo y que las autoridades mantengan informada a la comunidad de las medidas para la recuperación del espacio.
Negó que Orgullo Universitario tenga vínculos con algún partido
político –algunos los relacionaron con el PRI– y dijeron que su objetivo
no es la confrontación, sino el diálogo y el debate.
Mientras los oradores manifestaban sus posiciones, todas en apoyo de
la desocupación, varios debates se realizaban de forma paralela. Karim
Solache, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL), se pronunció por la
liberación, pero a su vez se dijo contra los organizadores de la
concentración a quienes señaló como
priístas. Muchos otros rechazaron el uso de la fuerza pública como medida de solución al conflicto.
Cuando concluyó la participación del sexto orador, Luis Cario,
representante estudiantil ante el Consejo Técnico de la FFL, pidió el
uso de la palabra. Los organizadores se la negaron. Eso generó la
molestia de muchos de los asistentes, que de inmediato gritaron:
Diálogo, diálogo.
Gracias a ello se le permitió el uso de la palabra.
Hablan de pluralidad, pero no dejan participar a quienes opinamos diferente a ustedes, dijo. Lamentó que los convocantes pretendieran manifestarse como
una voz unitaria que representa a toda la comunidad, cuando existen discrepancias.
Están construyendo la argumentación para el uso de la fuerza pública.
Muchos otros jóvenes pidieron también el micrófono y ante la negativa
empezaron a confrontarse verbalmente. Esto llevó a Edwin Méndez a dar
por concluido el acto con el argumento de que no había condiciones:
no se está privilegiando el diálogo. Lo que venga de aquí en adelante ya no es posición de Orgullo Universitario, señaló.
Posteriormente tomó la palabra Alejandro Martínez, del Centro de
Estudiantes de Derecho de la FD, quien leyó un documento donde exigen al
rector Enrique Graue explicar públicamente la estrategia para resolver
el conflicto sobre el Che Guevara y proponen instalar mesas de diálogo entre la comunidad.
Tras el intercambio de ideas, en ocasiones a gritos, los asistentes
poco a poco fueron dejando la explanada de rectoría, sin que se llegara a
acuerdo alguno.
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