sábado, 25 de junio de 2016

SOBRE EL DIALOGO !!!

EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE, 

DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
 
Diálogo, ¿para qué?
 
Hugo Aboites*. La Jornada. Opinión, 25 de junio de 2016
 
Cuando un movimiento social consigue finalmente el diálogo con el Estado, en demanda de un cambio en un marco legal, usualmente la primera respuesta que recibe es que un gobierno no puede modificar una ley, pero esa es sólo una primera respuesta. De hecho, un gobierno sí puede tomar iniciativas concretas en ese campo. Hace apenas unos días, el Senado aprobó el llamado Sistema Nacional Anticorrupción con artículos que provocaron la molestia del empresariado. Se les obligaba a algo remotamente similar a una evaluación: informar sobre el uso de los recursos públicos que reciben. Los empresarios se manifestaron un día en el Ángel de la Independencia, dos o tres días después en los medios; además, solicitaron cita y fueron recibidos por el Presidente de la República y éste escuchó sus reclamos (El Despertar de Oaxaca, 24/6/16 en Internet). Un día antes de que dicha ley fuera promulgada, se anunció la suspensión de la ceremonia que encabezaría el propio Ejecutivo. Y ayer, finalmente, se dio a conocer que la ley volvía a la Cámara para ser modificada.
 
Por supuesto, nada impide que, con igual premura y eficiencia un gobierno verdaderamente preocupado envíe también al Congreso una iniciativa para eliminar o modificar un marco legal que está causando un gravísimo conflicto en el país. Y para eso valoraría que ya no son algunos días que estas otras personas han solicitado algo similar, sino que cumplen ya más de tres años de exigencia en calles y ciudades, que han organizado decenas de foros, interpuesto cientos de miles de amparos, ofrecido argumentos, y que además han recibido represión, encarcelamiento de sus dirigentes, y ahora hasta el ataque directo de las fuerzas armadas federales con saldo de más de una decena de muertos y un centenar de heridos. Todo lo que otros sectores que se inconforman no tienen que sufrir.

Si se niega a hacer esto, entonces un gobierno que ha firmado cuanto compromiso y tratado de derechos humanos existe, tendría que explicar a profundidad cuáles son las razones para sostener que ante la ley se dé este trato evidentemente desigual. (Además, según el artículo 21 de la Ley General de Educación, para los docentes de escuelas privadas no se prevé nada cercano al despido). El argumento de la SEP suele ser que este marco legal es indispensable porque está en juego el interés superior y el derecho de niños y jóvenes de recibir una educación de calidad, pero lo que nunca existió (pero sí en el caso de los empresarios) fue una discusión previa con los potenciales afectados que encontrara caminos para avanzar sin afectar sus derechos igualmente válidos y establecidos en la Constitución. Suspender por decreto presidencial la aplicación del aparato legal de la reforma educativa o de algunos de sus artículos mientras se lleva a cabo dicha discusión, es una opción que podría ser incluso aceptable para el titular de la SEP, quien por fin respalda el diálogo en Gobernación para dar una salida al conflicto (La Jornada, 24/6/16, pág.3).

Aun en el caso de que la respuesta fuera negativa –con o sin explicaciones válidas– para avanzar por esa ruta hay otras posibilidades. Para explorarlas es necesario tener en cuenta que un gobierno puede moverse según considere conveniente en el laberinto de los intersticios que tiene el marco legal, y de ahí puede resultar una aplicación sesgada, parcial, de la ley. En concreto, en el caso de los docentes de educación pública, en el talante antidiálogo, la SEP había optado por mantener la interpretación más estricta de la ley, porque la Ley General del Servicio Profesional Docente aprobada en 2013, establece dos tipos de evaluación del desempeño de los maestros. Una, punitiva, que evalúa para decidir si se darán por terminados los efectos del Nombramiento del docente (artículo 53). La otra es la evaluación interna, como la llama la ley, tendiente al mejoramiento de la práctica profesional de los docentes y el avance continuo de la escuela (art. 15). Esta última no será punitiva, pues “los resultados de la evaluación interna...… en ningún momento podrán ser causal de procedimientos de sanción, ni tener consecuencias administrativas o laborales” (art. 20). Esto significa que no toda evaluación debe tener como horizonte el posible despido del docente, sino que hay otra evaluación, perfectamente legal, que además expresamente tiene el propósito de mejorar la formación de los profesores y, más todavía, el avance de las escuelas. Si la SEP realmente ha modificado su actitud ante el diálogo, puede ahora hacer una contribución significativa: dejar de insistir en la evaluación punitiva y retomar la interna con la misma determinación.

La estrategia de la mano dura ya ha fracasado rotundamente. Con ella, el movimiento no ha hecho más que fortalecerse. La mano blanda, que busca entrampar y desgastar la resistencia en la mesa de negociación, sería igualmente contraproducente, porque sería vista como engaño, y no como una verdadera disposición a resolver el conflicto. Y para eso, el marco legal no es un obstáculo. Es parte de una ruta que es obligatorio explorar para no sólo resolver un conflicto, sino para dar también pasos para transformar la educación.

*Rector de la UACM


Diálogo incluyente y verdadero
 
Miguel Concha. La Jornada. Opinión, 25 de junio de 2016
 
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha dado una muestra de resistencia y defensa digna por una educación pública, laica y gratuita. Por desgracia, en los últimos acontecimientos derivados de la reforma educativa, también ha visto violentados sus derechos fundamentales y los de otras personas que se solidarizan con su causa. Los hechos del pasado domingo en Nochixtlán, Oaxaca, nos dieron idea del nivel de error en la respuesta que está dando el actual gobierno federal al conflicto: 10 personas ejecutadas, decenas de heridas y golpeadas en el intento de la Policía Federal por desalojar a quienes mantienen expresiones de protesta en las entradas a la capital oaxaqueña, y decenas de detenidas arbitrariamente.
 
Además, habría que agregar los agravios que en semanas pasadas sufrieron las maestras y maestros en la Ciudad de México, cuando fueron desalojados y expulsados, así como la decena de detenciones de líderes de la Coordinadora. Todo esto configura un escenario de graves violaciones a los derechos humanos, donde lo que menos queremos es el incremento de la violencia y la represión del Estado. El régimen debe entender que una salida viable y pacífica al conflicto es el diálogo de cara a la sociedad, respetuoso de los derechos de las y los maestros que se oponen a la llamada reforma educativa, y por supuesto el esclarecimiento de los hechos registrados en Nochixtlán. Por desgracia tuvieron que acontecer estos sucesos tan lamentables, para que el actual gobierno volteara con renuencia hacia intentar un diálogo, como el que se llevó a cabo en Bucareli, el pasado miércoles con el titular de la Secretaría de Gobernación. Sin embargo, hoy entre la sociedad mexicana sabemos que este diálogo debe ser uno que vaya al fondo del conflicto. Con ello me refiero a que el principal reto que se nos presenta a todos, y a las partes en conflicto, el gobierno federal y la CNTE, es resolverlo de manera que logremos una reforma educativa acorde con las necesidades de las personas y las comunidades. Es decir, una reforma alternativa de la educación.

Retomando algunos aportes del Premio Nobel de la Paz 1958, Dominique Pire, se requiere entonces de algunos elementos que me permito esgrimir a continuación. Urge, primeramente, que se ponga entre paréntesis lo que se es y lo que se piensa para tratar de entender el punto de vista del otro, aunque no se comparta, lo que conlleva a escucharse, hablarse de frente y tratar de comprenderse. Que exista, pues, una voluntad de diálogo verdadero. En segundo lugar, será igualmente importante no pretender reducir al otro a la propia posición; es decir, no querer asimilarlo, y, peor aún, rechazarlo, y finalmente, intentar en todo momento buscar una posición incluyente entre ambas partes, en aras de integrar una verdad más plena. Con estos elementos podría avanzar un diálogo respetuoso y de fondo. Además de lo que el propio contexto nos vaya indicando.

Por ello, ahora, en los intentos por llevar a cabo un diálogo por la educación pública, laica y gratuita, urgente e imprescindible, las partes deben mostrar su disposición a dialogar, y en todo momento atender a las causas del conflicto. Debo decir que esta postura abierta al diálogo la mostró la CNTE, sobre todo en los últimos meses, y que quienes se cerraron, y pretenden seguirlo haciendo, son por desgracia los funcionarios del régimen. Ayudaría mucho que para este diálogo el gobierno federal mostrara su voluntad mediante la suspensión de la implementación de la reforma, pues con ello contribuiría a que se construyan condiciones adecuadas para iniciarlo. Existe un amplio consenso en la sociedad civil mexicana, y cada vez más en otros países del mundo, para que este diálogo sea tal que vaya a los orígenes del conflicto, que es, sin duda, la política educativa del Estado mexicano, política educativa que no podemos aceptar por la vía de la imposición y la violencia, sino a través de la información, la consulta, la participación y el consenso.

De lo contrario sería una manifestación más de la pérdida de ejercicios democráticos. Es importante subrayar que este diálogo que se logre por la educación es un tema de toda la sociedad, y no sólo de las y los profesores de la CNTE. Hoy reconocemos que son las y los maestros quienes conocen de primera mano la situación educativa en el país. Evitemos por ello descalificar su experiencia y conocimientos en la resolución de este conflicto, aunque seguramente ayudará también contar con voces expertas venidas de las ciencias de la educación, de las y los defensores del derecho a la educación y de sectores representativos de la sociedad en general. 

Para el buen rumbo del diálogo, nos toca a todos exigirlo y acompañarlo, buscando siempre el respeto de los derechos de las y los profesores, y apostando por un paradigma de educación que verdaderamente sea necesario para el futuro soberano de México. Asimismo, es urgente seguir mostrando nuestro rotundo rechazo a la violencia y la represión, pues para la estabilidad del país y la gobernabilidad del Estado, nunca puede ser aceptada la imposición de una política de gobierno por la vía de la violencia. Como personas comprometidas con una educación digna y acorde con las necesidades de las personas y pueblos, y con el futuro soberano de México, debemos sentirnos convocados a participar en la solución de este conflicto, en aras de una educación pública, laica y gratuita. No cabe justificación alguna para perseguir, reprimir y lastimar a quienes disienten. Hoy son muchas las personas que no aceptan el manejo que el actual régimen da a los conflictos, pues no se trata de administrarlos, sino de resolverlos. El actual gobierno tiene la oportunidad de abrir el diálogo y evitar cancelar la democracia.


Estamos con nuestros maestros
 
Arturo Alcalde Justiniani. La Jornada. Opinión, 25 de junio de 2016
 
En tan solo un mes, el gobierno federal ha visto crecer en su contra una insurgencia social inesperada. Se inició con un revés electoral a lo largo y ancho del país, que por lo pronto dejó a su partido sin cabeza y a varios gobernadores en la antesala de la cárcel. Siguió con movilizaciones magisteriales crecientes, no sólo organizadas por la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), sino por otros contingentes de maestros, estudiantes y ciudadanos; de médicos y enfermeras en 60 ciudades del país; de trabajadores del campo hartos porque no ven lo duro, sino lo tupido; de empresarios que al igual que los obreros, optaron por tomar el Ángel de la Independencia en la Ciudad de México para protestar en contra de la medicina que ellos habían recetado para otros.
 
Estos movimientos tan inesperados acreditan que el gobierno de Peña Nieto no tuvo la capacidad de predecirlos y exhiben su gran resistencia para atender las demandas de la población. Además, las recetas políticas tradicionales no han funcionado igual que antes, las tarjetas y despensas siguen siendo eficientes para obtener votos, pero no los suficientes. La represión a los maestros se salió de control, provocando pérdida de vidas, el cálculo de que el conflicto se reduciría a cuatro estados, falló. El norte, supuestamente controlado, hace valer su voz en las calles; los médicos y enfermeras, a pesar de su heroica profesión, jamás han sido escuchados, pero no se pensó que se movilizarían. Con los empresarios las cosas son distintas; lo que nadie, lograron revertir una ley, para que quede claro que los patos no le tiran a las escopetas.

Si bien las causas de tantas inconformidades derivan de políticas gubernamentales que se han alejado de los intereses populares, un renglón que sobresale es la ausencia de mecanismos institucionales de diálogo y concertación con la sociedad. Sólo cuando acaece una desgracia y se calculan costos políticos mayores, se responden los reclamos.

Vayamos al caso de la reforma educativa, anunciada hace cuatro años como la gran transformación que colocaría a nuestro país en la cima del mundo. Para justificarla, se destacó la existencia de múltiples vicios, algunos ciertos, como la intervención del sindicato nacional en procesos ajenos a su quehacer gremial o las deficiencias formativas y tecnológicas y los bajos resultados en algunas regiones; sin embargo, cuando se esperaba que la ley reglamentaria respondería al nuevo paradigma educativo y que se evaluara, como señala la educadora Cecilia Madero, en primer término, al sistema educativo nacional, el gobierno, sin escuchar a los maestros y con los mecanismos tradicionales de subordinación, impuso la Ley General del Servicio Profesional Docente. Ésta exhibió que el problema educativo en México era esencialmente de corte laboral, haciendo causa común con el grupo empresarial Mexicanos  Primero, que de manera superficial e irresponsable, culpa a los maestros de todos los males. Basta echarle un vistazo a esta ley para confirmar su carácter inquisitivo y unilateral, en la que el despido se convierte en su componente central.

Un segundo momento se ubica cuando el gobierno anuncia que la evaluación constituye un elemento fundamental de su política. La evaluación es, sin duda, importante y necesaria en cualquier proceso en su etapa terminal; sin embargo, ha sido un error convertirla en un fin en sí mismo, soslayando las condiciones previas para que los conocimientos, habilidades y desempeño logren los objetivos deseados. Nuevamente, el gobierno ignora las propuestas de los maestros y de los especialistas independientes que compartían el objetivo de una auténtica mejora educativa. Al convertir la evaluación en un eslogan o una veta política, redujo su valor como parte integrante de ese modelo.

En un tercer momento el gobierno decide vincular la reforma educativa a la promoción de un precandidato presidencial alternativo a aquellos que habían perdido prestigio por escándalos de corrupción. De esta manera, Aurelio Nuño, calculando mal la fuerza de sus supuestos adversarios, optó por la mano dura, pues según esto, ello le daría grandes dividendos políticos, por lo que se esperó que concluyera la jornada electoral del pasado 5 de junio para propinar a los líderes de la CNTE un golpe espectacular que desde un principio dio signos de fracaso, puesto que reprodujo el viejo recurso de la justicia selectiva, con acusaciones ridículas y altamente sofisticadas que con el tiempo seguramente serán desvirtuadas.

La desgracia de Nochixtlán, Oaxaca, así como la convicción de que la represión selectiva no dio signos de amedrentamiento a los maestros y, por el contrario, concitó un incremento de la solidaridad en su favor, obligó al gobierno a sentarse cara a cara con ellos en la Secretaría de Gobernación. El precandidato que esbozó la consigna de todo o nada quedó fuera.

Esta mesa de diálogo puede ayudar a que las aguas regresen en lo posible a su cauce; es obvio que cualquier acuerdo deberá incluir la liberación de los presos políticos y la revisión de la reforma; como afirmara un prestigiado grupo de investigadores del sector educativo, Manuel Gil Antón, entre ellos: No es válido que la prisa, el prejuicio o la arrogancia pongan en riesgo un proceso tan importante como es la educación de las niñas y los niños. Hay que sustituir el ruido y la amenaza con espacios para el debate, el diseño concertado y la negociación de los cambios, por los que ha de transitar la renovación de la educación mexicana.

Mañana domingo tendremos oportunidad de contribuir a que se dé una auténtica reforma educativa y apoyar a los maestros que la harán posible. La cita es en el Ángel de la Independencia a las 11 de la mañana. Convoca Morena.

PD. A don Víctor Quiroga Juárez, quien fue obrero del calzado en León, Guanajuato, dirigente nacional del Frente Auténtico del Trabajo, pero sobre todo, ejemplo de dignidad y acción militante en favor de los trabajadores.


 Un gobierno que no entiende

Enrique Calderón Alzati. La Jornada. Opinión, 25 de junio de 2016
 
Escasamente, una semana después de que el presidente Peña Nieto indicaba públicamente su desconcierto ante la pérdida de las elecciones en siete de los 12 estados donde se celebraron elecciones, expresando la necesidad de analizar las causas del claro rechazo hacia su gobierno, se vio obligado a extender sus condolencias protocolarias por las muertes de las víctimas, cuyo único responsable es él mismo, condolencias que, al igual que su preocupación por la derrota electoral, muestran su incapacidad de entender al país que ha pretendido gobernar por tres años, sin más logros que el rechazo del pueblo por su autoritarismo y violencia, conocidos desde que mandaba golpear a los campesinos de Atenco, escudado como ahora en el cumplimiento de la ley. ¿Cómo fue que pudo ganar los comicios en 2012? Pareciera que esto tampoco lo entiende, o quizá lo haya olvidado.
 
Seguramente su incapacidad se origina en su deficiencia escolar, propia de las escuelas exclusivas para niños bien, donde nunca pudo conocer las diferentes condiciones en que viven los niños de México, desconocimiento que se ha transformado en una conducta de desprecio hacia las personas que son diferentes a su contexto social, a las que suelen referirse como proles.

Este es uno de los más graves problemas que hoy enfrenta el pueblo de México, al tener un gobierno que lo desconoce, lo desprecia y no tiene ni siente compromiso alguno con él, el país y sus leyes; si a ello agregamos las deficiencias mostradas en su educación, ¿qué podemos esperar? Mucho me gustaría estar equivocado y creer que la sangre derramada por las víctimas de Nochixtlán dará lugar a un diálogo que pueda finalmente resolver las diferencias y abrir el camino para asegurar el futuro de la educación pública y la mejora del desempeño de los niños y jóvenes que representan el futuro de la nación, objetivo central de quienes han dedicado sus vidas a la educación y se enfrentan a la realidad que viven las escuelas y las familias mexicanas; sin embargo, no debiéramos descartar una nueva estrategia del gobierno, orientada a desgastar a los maestros.

Por ello, no podemos ni debemos hacer a un lado la convicción de que los cruentos hechos de Iguala, la desaparición forzada de los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, los recortes permanentes a la educación pública, particularmente a la educación normal, son parte de una ofensiva autoritaria y torpe del actual gobierno, cuyo objeto es privatizar la educación y ponerla al servicio de los grandes capitales financieros. Nuestro país necesita de un gobierno fuerte, capaz de conducir a la nación a superar la crisis permanente de desempleo, pobreza, inseguridad e impunidad a que nos han llevado los gobiernos de los pasados 30 años; hoy es claro que el actual es un nuevo eslabón de esa misma cadena que nos ha conducido a la pérdida de soberanía, y que además ha perdido toda legitimidad si es que alguna vez la tuvo. ¿Cómo reparará el Presidente su imagen dañada por la estela de corrupción de su gobierno, a la que se agrega hoy la tragedia causada por su incapacidad de entender las consecuencias de su soberbia y la del inepto secretario de educación por él nombrado?

La actual parálisis de la Secretaría de Educación Pública, encargada de garantizar la formación de los niños y jóvenes de todo el país, de convocar a los maestros a prepararse y a preparar sus clases, a atender a sus estudiantes y de manera particular a los que presentan deficiencias, con objeto de mejorar el desempeño de cada estudiante, constituye una situación inédita en la historia moderna de México, a la cual se ha llegado ante el empecinamiento de obligar a los maestros a someterse a evaluaciones que son ajenas a sus tareas cotidianas y a sus condiciones de trabajo, logrando con ello la indignación de algunos, el enojo de muchos y el miedo de la mayoría, que se ha visto obligada a desatender sus tareas ante la amenaza real de ver terminada su carrera, al no poder contestar adecuadamente un cuestionario sobre temas ajenos a buena parte de su labor de maestros.

¿Cuál es la razón de todo esto? ¿En verdad las autoridades educativas pretenden que la enseñanza mejore imponiendo a los maestros esas evaluaciones? ¿Habrá algún funcionario del gobierno que se digne a explicarnos cómo y por qué mejorará la preparación de los estudiantes con las evaluaciones a los docentes sin recurrir a la magia china, a la que parecen ser adeptos? Por todo esto, el papel de los padres de familia, estudiantes, académicos, trabajadores y la sociedad civil toda está siendo y habrá de ser decisivo en esta lucha contra el mal gobierno, dando su apoyo a los maestros y a la CNTE para defender la educación pública como un derecho social establecido en la Constitución de 1917, no sólo en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, sino en el país entero. Aplaudimos la decisión de Andrés Manuel López Obrador de convocar a la marcha del próximo domingo, refrendando el apoyo nacional de su partido, ofrecido a los maestros, en repuesta al autoritarismo que parece ser la única herramienta que le va al grupo gobernante.

Durante el Congreso Nacional de Escuelas Normales que se realiza en la Benemérita Escuela Normal veracruzana en estos días, bajo el lema El futuro de la educación pública, se han planteado y discutido propuestas para mejorar la formación y actualización de los maestros, para incidir en el desempeño de los estudiantes, con el propósito de realizar las tareas que la Secretaría de Educación ha sido incapaz de incluir en su supuesta reforma, con lo que es el magisterio el que toma ahora el liderazgo mismo de la educación nacional.

Contribuyendo a esta lucha de los maestros, me permito informar aquí el lanzamiento de la nueva Consulta Nacional que convoca nuestro diario La Jornada sobre la problemática educativa que sacude al país, con objeto de dar a conocer la opinión y participación de la sociedad civil, en torno a esta lucha decisiva para el futuros de la educación pública, invitando a nuestros lectores a manifestar su opinión libre conectándose a la página consultas.jornada.com.mx

Facebook: Reflexiones en la educación.
www.institutogalileo.edu.mx
 

Movimiento nacional
 
Gloria Muñoz Ramírez. La Jornada. Los de Abajo, 25 de junio de 2016
 
La insurgencia magisterial es ya un movimiento nacional con dinámica propia en las regiones indígenas del país. No es casualidad que justo en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán, la batalla contra la reforma mal llamada educativa marche al ritmo de la organización instalada en los pueblos, tomando decisiones en las asambleas comunitarias, más que en las sindicales.
 
Es en las comunidades donde se está decidiendo una estrategia propia, las barricadas, los bloqueos y el cuerpo a cuerpo en una lucha desigual contra las armas de la Policía Federal que, como se vio en Nochixtlán, no disparan gases, sino balas.

Tampoco es casual que dos de los movimientos más grandes de México apoyen al magisterio disidente: los padres de los 43 futuros maestros desaparecidos por el Estado hace 21 meses en Iguala, Guerrero; todos de origen indígena, y el de los zapatistas, cuyas bases de apoyo pertenecen a siete grupos indígenas de Chiapas, donde se inició la persecución y represión institucional contra las movilizaciones.

En la región mixe alta de Oaxaca se están llevando a cabo movilizaciones tan masivas como invisibles para los grandes medios de comunicación. Relata Damián Martínez, mixe de Tlahuitoltepec, que como ríos se desplazaron más de 20 mil indígenas de Tlahuitoltepec, Tamazulapam, Ayutla, Totontepec, Mixistlán, Chichicaxtepec, Yacochi, Huitepec, Metaltepec, Zacatepec, Alotepec, Juquila, Cacalotepec, Tepantlali, Chuxnaban, Tepuxtepec, Quetzaltepec, Tiltepec, Tepitongo, Ocotepec, Estancia de Morelos, San Isidro Huayapan, Atitlán y sus respectivas agencias municipales. Aquí no vinieron las grandes cadenas de televisión, pero sí los medios comunitarios, como las radios Jën poj, de Tlahuitoltepec, y Kong, anaaw de Ayutla.

Lo importante, como en todas las movilizaciones indígenas, es el proceso de organización asambleario para determinarlas. Los mixes empezaron por informar a los pueblos sobre los acontecimientos del 19 de junio pasado en Nochixtlán, en los que, a decir de la población, hubo por lo menos 10 muertos a causa de las balas de la Policía Federal. Durante la caminata, cuenta Damián, los mixes afirmaron que la lucha ya no sólo es por el magisterio, sino contra las políticas neoliberales de este gobierno y la represión y asesinato de los pobladores.

En el mismo Oaxaca, en la región mixteca, la abogada Violeta Hernández se pregunta: ¿Se consultó a los pueblos y comunidades esta reforma que ha cobrado la vida de sus hijos mixtecos? La respuesta es no, sin duda. Por eso también la respuesta organizada ante el agravio.

www.desinformemonos.org.mx
 
 
Nochixtlán: Fue el Estado
 
Andrea Bárcena. La Jornada. Infancia y sociedad, 25 de junio de 2016.

¿Era necesario que nuestros maestros pagaran cuotas de sangre, muerte y cárcel para que se les concediera el derecho al diálogo?

Por supuesto que no. Pero las autoridades daban por hecho que podrían someterlos sin dialogar, tan sólo con la humillación, las amenazas, el despotismo y sus evaluaciones vejatorias. ¡Caray, qué poco conocen al pueblo que creen gobernar! Ignoraban la valentía y la dignidad de nuestros maestros.

(Juego de niños: es una ley, es una reforma, no… es una fosa…) La infructuosa reforma educativa se proponía ser otra fosa clandestina, en la que se pudiera desaparecer fácilmente la fuerza histórica y moral del magisterio, así como sus derechos laborales, y al mismo tiempo enterrar un sistema educativo que –aunque lleno de carencias, más por responsabilidad del Estado que de los maestros– está fundado en los ideales republicanos. Logrado eso, el gobierno tendría la mesa servida para entregar a la iniciativa privada un negocio (a compartir), sin compromisos laborales previos ni principios éticos ni pedagógicos establecidos. No se pudo. No se va a poder… ¡Vencerán los maestros! ¡Venceremos!

Una joven –cuyo nombre guardo y protejo por razones obvias– lo ha expresado así: Esta lucha es de todos. Nuestros maestros están en el frente, en la línea roja. Las horas pasan, miles de minutos, millones de segundos, innumerables instantes de angustia, miedo, fuerza y valentía. Así transcurren los días y las noches para nuestros maestros. Nuestros maestros. Nosotros, el pueblo. Un pueblo cansado de una policía ciega y de gobiernos corruptos y asesinos. Ellos están en el frente: nuestros maestros. Ellos están en el frente: en la línea roja, sumergidos con los gritos, las patrullas, el gas, los tiros, silencios, el llanto. ¿Y nosotros? ¡Nosotros también! Su lucha es de todos y nos tiene que encontrar lúcidos, trabajando, en acción.

Aunque todas las reformas de Peña Nieto están hechas contra los intereses de las mayorías y la soberanía de la nación, la educativa ha sido la más difícil de disfrazar, quizá porque la educación pública es la mayor riqueza de los mexicanos, pero también porque el gobierno no tuvo ni siquiera la delicadeza de elaborar un diseño pedagógico. Fue una reforma que careció de todo argumento desde el comienzo.

Si al gobierno le queda al menos un puñado de neuronas activas, tendrá que asumir que la mesa de diálogo con la CNTE tendrá que abordar indefectiblemente lo educativo, tendrá que centrarse en lo concerniente a la política educativa de la nación y escuchar, con gran atención, la voz de los maestros, quienes son los que realmente saben lo que hay que saber.
 

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