martes, 27 de junio de 2017

CONALEP


EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,

DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
Pobreza e inseguridad encara cada día el estudiantado, advierte la directora general

Conalep, ante el reto de superar uno de los más bajos desempeños académicos del país

Unos 250 mil alumnos desertaron del colegio entre 2012 y 2016, estima la institución
Laura Poy Solano. La Jornada. 26 de junio de 2017, p. 12

Con una matrícula de 308 mil alumnos atendidos en 307 planteles en todo el país, el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) enfrenta múltiples desafíos. Un elevado porcentaje de sus alumnos aún obtiene bajos puntajes –76.4 por ciento– en comprensión lectora y –86.1 por ciento– en ­matemáticas.

A casi cuatro décadas de su creación, se ubica entre las instituciones públicas de educación media superior con más bajo desempeño académico en el país.

Su tasa de deserción escolar aún supera en más de cinco puntos porcentuales la media nacional, pues 17.9 por ciento de sus estudiantes abandonan las aulas antes de concluir su formación, frente a un promedio en el país de 12.6 por ciento. Tan sólo en el periodo 2012-2016, el Conalep estima que 250 mil jóvenes desertaron de sus aulas, y sólo 48.8 por ciento de quienes se inscriben logran concluir el bachillerato en el tiempo reglamentario.

El reto, reconoce su directora general, Candita Gil Jiménez, "no es menor". En entrevista con La Jornada, destaca que 80 por ciento de los planteles Conalep se ubican en municipios de alta y muy alta marginación.

Cifras de la institución indican que 35.7 por ciento de sus egresados proviene de hogares con percepciones mensuales que no superan 4 mil pesos; otro 20.7 por ciento tiene una media que va de 6 mil a 10 mil pesos de ingreso familiar. Y seis de cada 10 jóvenes que acude a sus aulas reporta que el nivel máximo de estudios de sus padres es la educación primaria o secundaria. 
Reingeniería de becas

La funcionaria, ex rectora de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y primera mujer en encabezar el Conalep, reconoce que entre sus objetivos está el reconstruir el sistema institucional de esa casa de estudios, pues por muchos años –asegura– "nos administramos como islas", pero otra de sus metas, afirma, es consolidar la "marca" Conalep. 
Entre los avances destaca la transformación aplicada en el esquema de becas, pese a que sólo 30 por ciento de sus alumnos, admite, pueden acceder a este apoyo.

El tema es muy delicado, afirma, "sobre todo cuando hablamos de jóvenes que tienen la necesidad de contar con una beca". Reconoce que al llegar a Conalep el programa de becas disponía que un semestre se entregaba el apoyo a un alumno y al siguiente a otro, lo que no generaba un impacto en la permanencia; tras una "reingeniería" en los lineamientos para la entrega de becas, asegura, "quienes mantienen los requisitos la refrendan en automático". 
Desigualdad social e inseguridad

“Nuestros alumnos –admite Gil Jiménez– vienen de familias humildes y de los hogares más desprotegidos. La mayoría de nuestros planteles están en municipios que forman parte de la Cruzada Nacional contra el Hambre”, a esto se suman los contextos de inseguridad y violencia que enfrentan muchos de los centros educativos. 
Los jóvenes de 15 a 19 años están siendo victimizados por muchos factores, señala. "Los asaltan cruzando el puente o los esperan en los paraderos de los camiones. Sabemos que existen bandas y que en las colonias hay un control territorial." A estas condiciones, agrega, se suma el embarazo no deseado como causas del abandono escolar, el cual, reconoce, "aún es nuestro gran tema".

En el Informe de factores que motivan el abandono escolar en el Conalep; nacional y Ciudad de México 2016 también se incluyen entre las principales causas de la deserción la reprobación escolar y los factores socioeconómicos, con 38.2 y 16.7 por ciento de los casos, ­respectivamente. 
La asignación de turno y el que no les guste la carrera técnica en la que están inscritos, representa al menos 18 por ciento de las deserciones, además de que 63.2 por ciento de quienes desertaron no contó con una beca durante sus estudios. Gil Jiménez asegura que en años recientes se avanzó en reducir la deserción, pero el desafío, admite, aún es mayor.

Innovar la formación técnica 
A pesar que el modelo educativo impulsado por Conalep desde 1978, año de su fundación por decreto presidencial, ha sido innovador por su vinculación directa con la empresa, casi cuatro décadas después, admite Gil Jiménez, fue necesario "hacer visible nuevamente" a la institución e impulsar una propuesta educativa que hoy, asegura, demanda el mercado laboral: la formación de técnicos.

Hoy –afirma– la necesidad de empleabilidad está en formar técnicos, porque las tasas más elevadas de desempleo comienzan a generarse en los niveles más altos de la educación, como el posgrado -atención-. 
“Quienes estamos al frente de las instituciones –explica– tenemos que estar revisando el mercado laboral, y si mañana tenemos que desaparecer carreras, se hará para transformarlas en las especializaciones que se demanden. Nos hemos dado a la tarea de modificar contenidos y trayectos técnicos de la mano de empresarios, para redireccionar el conocimiento. Nuestro modelo formativo es dinámico.” (n. del e. "la educación al servivio de la empresa" y el pueblo y las necesidades de la sociedad, bien gracias).

Pese a los desafíos, asegura que al concluir su administración en 2018, dejará un Conalep "posicionado en el ánimo tanto de las familias y de los jóvenes. Nos eligirán como su mejor opción de estudios en bachillerato, una oportunidad de calidad y con reconocimiento no sólo nacional, sino internacional", pues entre sus metas para este año, agrega, está el lograr la certificación internacional de sus egresados.

Directivos admiten que obtener una plaza laboral es un proceso "tardado y difícil"

Sólo a 8% de egresados del Conalep no se les complicó conseguir empleo


En el plantel Aeropuerto, sus laboratorios tienen equipo de más de 30 años de antigüedad


Una quinta parte de los que sí laboran no reciben ningún salario por sus actividades

Laura Poy Solano. La Jornada. 27 de junio de 2017, p. 28


Alejandro recuerda que cuando era niño siempre sintió curiosidad por los aviones. "Me preguntaba ¿por qué pueden volar? ¿De qué material están hechos?" Encontrar la respuesta determinó su elección para cursar el bachillerato. Con 16 años es uno de los mil 350 alumnos que acuden al Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep)-Aeropuerto, que desde hace más de 35 años forma en Ciudad de México a técnicos en aeronáutica.


Pese a tener equipamiento en laboratorios con una antigüedad de casi tres décadas, que incluye motores, trenes de aterrizaje, recubrimientos de aeronaves y hélices, "enseñamos los fundamentos que permiten a nuestros egresados acceder a un mercado laboral altamente competitivo", afirmaron en entrevista con La Jornada el director del plantel, Alberto Rebolledo, y Rubén Reyes, titular de vinculación.


Con avionetas donadas por el gobierno federal, explica Muricia Cruz, jefa de proyectos y laboratorios del plantel, el más grande del país en esta especialidad, se forma a técnicos en laministería y recubrimiento de aeronaves; mantenimiento de motores y planeadores; sistemas electrónicos de aviación, y telecomunicaciones.


Sin embargo, reconoce, se enfrentan retos no sólo para acceder a un equipamiento más moderno, sino también para formar a técnicos en aeronáutica que deberán ser certificados por la Dirección General de Aeronáutica Civil, a fin de ejercer su especialización en las aeronaves más modernas del planeta, lo que demanda un estricto control de su salud e incluso, de su apariencia, pues "no pueden tener tatuajes o perforaciones", reconoce.


En el Conalep-Aeropuerto, afirma Muricia Cruz, con casi tres décadas de experiencia docente, formamos a nuestros alumnos "con los elementos técnicos que disponemos, pero con una enorme disciplina y exigencia", pues estima que ocho de cada 10 logra laborar en su especialidad.


Trayecto laboral, desafío


Sin embargo, Cruz reconoce que determinar qué sucede con el trayecto laboral de sus egresados, tarea que realiza el Conalep como un esfuerzo institucional, depende de múltiples factores, pues de acuerdo con sus propias cifras, no se tiene un panorama alentador.


En el Informe de empleabilidad y seguimiento de egresados 2016. Inserción laboral, el colegio destaca que el proceso de ingreso a una fuente de empleo "puede ser tardado y complicado", pues sólo 7.9 por ciento de sus egresados considera que no le fue difícil encontrar trabajo.


Entre los principales obstáculos se incluye: poca preparación para responder a los requerimientos de sus empleadores, desconfianza de quienes ofrecen el trabajo hacia los graduados de la institución y que su carrera sea poco demandada, lo que afecta a casi cuatro de cada 10 egresados.


En cuanto a las condiciones de empleabilidad, detectó que 15.2 por ciento de sus ex alumnos trabaja a destajo, por comisión o porcentaje, mientras que otro 20.3 por ciento no recibe pago alguno por su labor. Sólo 13.4 por ciento reportó trabajar a sueldo fijo y 8.9 por ciento ser patrón o socio.


De quienes concluyeron sus estudios y se insertaron en un empleo, se detectó que sólo dos de cada 10 tiene un contrato por escrito y por tiempo indefinido; 17.6 por ciento firmó uno temporal, y otro 15.1 por ciento está subcontratado por otra empresa.


Pese a estas condiciones de desventaja laboral, no son pocos los jóvenes, y en particular las mujeres, que han optado por cursar su bachillerato técnico e incursionar en un mercado de trabajo que hasta hace pocos años era mayoritariamente masculino.


Diana Laura, Sonia y Julieta son parte de una nueva generación de alumnas que buscan especializarse en algún campo de la aeronáutica.


De estatura media y delgada, Diana Laura cursa la especialidad en sistemas electrónicos de aviación y telecomunicaciones, lo que la ha llevado a ser de las primeras muchachas en probar las nuevas instalaciones de telecomunicaciones donadas a su plantel por una empresa líder del sector.


"Nunca consideré un desafío especialmente difícil el que siendo mujer deba, al igual que mis compañeros, subirme a un poste a una altura superior de cinco metros y resolver un problema técnico, pero me sentí muy bien cuando me di cuenta que había muchachos que preferían no hacerlo."


Sonia y Julieta optaron por cursar mantenimiento de motores y planeadores, campo en el que, afirman, ya son expertas. Estar en el taller y revisar las turbinas de un avión es emocionante, afirma Julieta. "Creo que pronto será algo normal ver en los aeropuertos del mundo no sólo a hombres revisando los motores de un avión, sino a mujeres, porque también podemos realizar cualquier tarea técnica y de mantenimiento", asegura sonriendo.


Pero las oportunidades de empleo también varían de acuerdo con la especialización. En el plantel Tlalpan I, donde se imparte la formación en Informática y Alimentos y Bebidas, las posibilidades de acceder a un trabajo al egresar "son menores", reconocen alumnos.


Considerado como uno de los centros de formación con mayor demanda a escala nacional en la especialidad de alimentos y bebidas, en el Conalep Tlalpan I cientos de jóvenes se preparan para cubrir empleos de servicios pero, aseguran, "cuando llegamos al mercado de trabajo nos quieren para tareas simples como lavaplatos o de limpieza, pero no como cocineros, que es lo que sabemos hacer", agregan.


Con mil 600 estudiantes, el plantel invierte en instalaciones, como cocinas profesionales, panadería e instalaciones para banquetes. Su cuerpo directivo destaca que "buscamos alianzas con muchas empresas, asociaciones e instituciones públicas. Sabemos que formamos muy bien a nuestros alumnos, pueden competir con los mejores, pero el desafío es que no existan suficientes fuentes de empleo donde puedan insertarse"

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