sábado, 14 de mayo de 2016

15 DE MAYO Y CARTA A LOS MAESTROS DE MÉXICO

EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,  
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
 15 de mayo

Hugo Aboites* La Jornada. Opinión, sábado 14 de mayo de 2016 

El clima oficial anteriormente existente en la celebración del 15 de mayo proclamaba a los maestros como apóstoles de la enseñanza; pero hoy se les ha convertido en sujetos de desconfianza y hasta de persecución institucional, mediante una evaluación cuyo desenlace puede ser la separación de la docencia o el despido. Eran antes considerados como una presencia tangible en miles de comunidades del compromiso de Estado con la educación para mejorar la suerte de las hijas e hijos de asalariados, jornaleros, empleados, obreros, desempleados, trabajadoras domésticas, pero ahora se les demanda que conviertan a los niños –en palabras de la conducción empresarial que hoy priva en la educación– en capital humano. De ser orgullosos estudiantes de una profesión de Estado, reconocida socialmente, los normalistas pueden ahora ser muertos por policías en una autopista a pleno sol de mediodía y 43 de ellos pueden ser desaparecidos violentamente sin que la SEP emita aún lo que debería ser una enérgica protesta y una reiterada exigencia de verdad y justicia. Hoy el Estado se encarga de convertir a maestros en criminales por la vía de acusar y encarcelar por razones claramente políticas, convertidos en rehenes para amedrentar y contener las protestas de los restantes.
También los maestros universitarios llegan a este 15 de mayo en circunstancias mucho más agresivas y difíciles que las de hace apenas unos años. Se enfrentan a una fuerte tendencia al recorte de los presupuestos universitarios, incluso a retener lo que les pertenece, y las consecuencias las pagan los estudiantes y los trabajadores universitarios, especialmente los académicos. Desaparecen los sistemas institucionales de pensiones, se generalizan las formas de trabajo precario (profesores de asignatura, interinos, temporales), se popularizan los enajenantes sistemas de estímulos, se mediatiza o se vuelve inocua cualquier forma de democracia, se fortalecen las burocracias y apenas hay ya recursos para la investigación y difusión, y para nuevas plazas académicas. Al mismo tiempo, se establecen cada vez más estrictos sistemas de control y supervisión de las instituciones y de los maestros e investigadores. De ser entusiastas constructores de instituciones, de innovadores programas de docencia e investigación (en la UPN, la UAM, UAP, UAS, Veracruzana, Unison y muchas otras) las y los profesores universitarios, como gremio nacional, está ahora desleído, disperso, callado. Sus antiguas iniciativas creativas son sustituidas hoy por programas verticales, burocráticos y enajenantes. Triunfó en medida importante la modernización tecnoburocrática, pero las consecuencias ahora están a la vista.
La posible salida de este marasmo ya no está en las nuevas formulaciones de las viejas tesis de los 90 sobre la universidad del siglo XXI, sino en los nuevos modelos que se construyen a partir de las exigencias y demandas de quienes se rebelan contra décadas de desmantelamiento de la educación pública mexicana. En estos años de anquilosamiento para muchas instituciones y maestros, las grandes propuestas están surgiendo de los movimientos de protesta y exigencia de una nueva educación y una nueva sociedad. Cada movimiento social encierra profundas lecciones para la educación, porque surgen del más elemental motivo, la falta de alternativas y de la necesidad, por tanto, de repensar al mundo de tal manera que se abran nuevas alternativas. La CNTE ha demostrado –a un muy alto costo– por qué en 2013 era indispensable para una buena educación el sostener un diálogo con los educadores. Para impedir que la reforma se hundiera en un conflicto que cada vez más no tiene salida. Las juntas del buen gobierno de las comunidades zapatistas demostraron que con la autonomía, a pesar de los recursos escasos, mucho puede lograrse en la educación. Las escuelas altamiranistas de Guerrero, las integrales de Michoacán, el Proyecto de Transformación de la Educación de Oaxaca, las de Chiapas están mostrando que aún en las peores condiciones de hostigamiento oficial, político y presupuestal los maestros pueden generar visiones, propuestas y ejercicios concretos de una nueva educación. Los movimientos universitarios (hoy emblemáticamente encabezados por el Politécnico) refrendan a su vez la importancia de la autonomía, de la lejanía de la injerencia gubernamental, y la necesidad de cambio de estructuras y relaciones.
Toda esta creatividad que se cuela entre las grietas de una estructura de modernización prematuramente envejecida, es una energía enorme de transformación que se desperdicia. Una SEP e instituciones universitarias abiertas, con estructuras capaces de reconocer y recoger esas nuevas tendencias de cambio, traducirlas a propuestas concretas de carreras, investigaciones, difusión de la cultura pero sobre todo a estructuras de una modernidad distinta. Es decir, nuevas formas de participación y comunicación; nuevas maneras de aprender y enseñar, horizontales, pertinentes, liberadoras; estructuras distintas y horizontales de gobierno; el surgimiento de nuevos roles hombre-mujer, estudiante-maestro, gobernante-gobernado, estudiante-estudiante, y también una relación distinta entre sistema educativo o institución y el trabajador de la educación. Esto, que es lo moderno desde abajo, si se le deja entrar a un sistema o una institución es capaz de provocar una revolución pacífica y profunda. Generar una educación creativa, mucho más noble y rica. Aún en medio de la protesta que hoy arranca, y que anuncia la convergencia de estudiantes y maestros y, precisamente por ella, este 15 de mayo puede ser radicalmente diferente para quienes ven todo lo que está mal y debe cambiarse.
*Rector de la UACM


Carta a los maestros de México
Enrique Calderón Alzati. La Jornada. Opinión, sábado 14 de mayo de 2015

Queridos y admirables maestros de todo el país:
Después de mis padres y mis abuelos, pocos recuerdos me son tan gratos de mis primeros años, como los que tengo de mis maestros de la secundaria 3 Héroes de Chapultepec, así como de la Escuela Nacional Preparatoria y de la Facultad de Ciencias de la UNAM; con el paso del tiempo he podido comprender que los maestros son constructores de este país maravilloso que es México, como mensajeros y representantes de los gobiernos surgidos de la Revolución Mexicana, hoy olvidada en sus principios y logros, como parte de la estrategia de mentiras y confusión desarrollada por quienes han usurpado el poder mediante el engaño y alteración de los resultados electorales, que representan la legítima voluntad del pueblo de México.
Trabajando en las escuelas de todas las ciudades, así como en los pueblos más pequeños del país, los maestros son representantes y promotores de las acciones de los gobiernos revolucionarios, autoridades reconocidas por el pueblo y ejemplos a seguir por niños y jóvenes.
Esto lo vieron y lo supieron los gobernantes de la nación, quienes desde hace muchos años pensaron en el profesorado como un aliado natural para la construcción de una nación, de la que todos pudiéramos sentirnos orgullosos, y si bien no todo fue miel y flores, el país llegó así a ser un ejemplo para las naciones, principalmente en Iberoamérica. Fue así como maestros, al lado de ferrocarrileros y trabajadores de las industrias petrolera y minera, se constituyeron en pilares del desarrollo nacional. El sueño de que todos los mexicanos pudiesen acceder a una primaria se hizo realidad en la década de 1970, gracias al sacrificio de muchos hombres y mujeres que lo dejaron todo, para ir a dar clases como maestros, en las escuelas más apartadas, en los desiertos, las sierras y montañas del país, para dar cumplimiento al mandato constitucional que establece el derecho a la educación básica para todos los habitantes del México que se construía y que era nuestro, siendo así como la Revolución mexicana cumplía con uno de sus ideales y propósitos fundamentales.
Fueron gobernantes cortos de visión, quienes buscaron controlar a diferentes sindicatos para utilizarlos en actividades políticas ajenas a las suyas, mediante la corrupción de sus líderes. Luego nuevos gobiernos de corte neoliberal, sirviendo a intereses extranjeros, utilizaron a esos líderes para corromper a trabajadores, para manipularlos y tener buenos pretextos para privatizar esos sectores fundamentales de la economía y la vida nacional. Fue así como esos gobiernos pudieron entregar paulatinamente los bienes de la nación, incluyendo las redes telefónicas y telemáticas, las empresas aeronáuticas, las concesiones mineras, la generación y distribución de la electricidad y los yacimientos de gas y petróleo, junto con las instalaciones industriales que el presidente Lázaro Cárdenas había previamente rescatado para utilizarlos como instrumentos detonadores del desarrollo nacional. Los niveles de depredación de esos recursos constituyen hoy un agravio a la nación, cometido por anteriores gobiernos de la República incluido el actual, que prometieron progreso, bienestar y empleo a cambio de privatizaciones para despojar al país de su patrimonio, dejando una estela de miseria, ignorancia, corrupción y muerte, similar a la generada por el dictador Díaz en uno de los periodos más oscuros de la historia.
Ahora, ese mismo gobierno con el apoyo de intereses reaccionarios, incluidos los de las televisoras, han definido ya como su siguiente objetivo la privatización de la educación, lo que conlleva necesariamente la entrega misma del último reducto de soberanía nacional. A esta nueva conspiración contra México, el actual gobierno ha topado con una resistencia histórica, la del magisterio nacional en su conjunto. Son ustedes, los maestros de primarias y secundarias del país, que con las educadoras de jardines de niños, con los maestros de bachillerato, de escuelas normales, de las universidades e instituciones de educación superior están dando esta gran batalla contra la imposición de un modelo diseñado por el poder financiero internacional, sin interés ni compromiso alguno con la educación mexicana.
En tiempos recientes, el crecimiento del sistema educativo y la descentralización de la administración de la educación generó graves problemas que incidieron negativamente en la preparación y desempeño de profesores y estudiantes, varias administraciones estatales vieron en los recursos educativos un botín del cual servirse, el tráfico de plazas por parte de líderes sindicales y funcionarios estatales se practicó sin mesura, la compra de equipos para escuelas, lejos de ser proyectos integrados a la educación, se convirtieron en negocios de gran magnitud para autoridades y sindicato.
La llegada del presente gobierno ha representado la imposición de una política ajena a los principios fundamentales de nuestra Constitución, sin hacer nada sustantivo para mejorar la educación ni el desempeño escolar, tal como se observa en los resultados de Planea 2015, que reflejan un retroceso a los niveles de desempeño de 2009, publicados por la propia Secretaría de Educación en su momento. En este lamentable contexto, llama la atención positivamente el hecho de que Andrés Manuel López Obrador haya decidido apoyar a los maestros, proponiendo una alianza que permita hacer de ellos representantes populares, en los Congresos estatales y en el Congreso de la República, sabiendo que nadie mejor que los maestros para representar a las familias mexicanas, por su conocimiento y cercanía al pueblo, reconociendo además a quienes luchan hoy por restablecer el espíritu de la Constitución, manifestado en su artículo 3º.
Se trata de una alianza para defender la educación pública y la soberanía nacional que pueda establecerse entre maestros y la organización política más importante del país, la cual excede con mucho el ámbito electoral y puede ser el inicio de la primera gran lucha social mexicana del siglo XXI para defender el futuro de la nación, buscando que pueda extenderse a otros temas de interés nacional, como el respeto a los derechos humanos y la lucha contra la corrupción que priva en los más altos niveles del gobierno.
Termino este artículo señalando las serias deficiencias y errores conceptuales del actual sistema educativo, sin que se vea interés alguno por reconocerlos y superarlos por las autoridades, lo cual ha movido a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación a organizar en todo el país, un Diálogo por la educación nacional para discutir y concretar un proyecto que permita superar esos errores y deficiencias, generando la respuesta que hoy requiere la nación.
No me queda duda de que este esfuerzo muestra con hechos que los maestros vamos adelante del gobierno con este esfuerzo para ofrecer al pueblo la educación que se necesita.

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