EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
Reformar la reformaby observatoriodehistoria |
por Benjamín Díaz Salazar *
Ser
docente se convirtió en un reto. Las garantías laborales que hasta hace
algunos años ofrecían los organismos públicos de educación se
desvanecen con el correr no de los años sino de los días. La zozobra se
respira en cualquier plantel escolar, los rumores resquebrajan las
certidumbres y provocan un gran miedo. ¿La causa? Una reforma educativa
cimentada en una falsa premisa: evaluar sin diagnosticar.
El
gran logro educativo del sexenio peñanietista se fundamentó en la idea
de que la causa del rezago, de la deserción y del atraso escolar eran
los miles de responsables de la educación: los profesores. Es así que
comenzó una ardua campaña de desprestigio social contra los trabajadores
magisteriales, llevando a cabo burdas generalizaciones. El objetivo
principal era la “cabeza” de todos ellos, la lideresa sindical vitalicia
Elba Esther Gordillo, quien a lo largo de más de veinte años acopió
potestades económicas y políticas inconmensurables. Esa misma lideresa
que, dese 2000, dio la espalda al priismo y cayó bajo los encantos
blanquiazules que la encumbraron y dotaron de fondos, cargos públicos y
hasta de un partido político.
Con
la detención de Gordillo se daba un paso más en la campal batalla
contra la imagen pública de los profesores. Un instrumento útil, aunque
bastante mediocre, fue el ¿documental? De panzazo,
de Juan Carlos Rulfo y Carlos Loret de Mola (México, 2012). En poco más
de una hora se desprestigió al magisterio completo, se le acusó de ser
el causante del problema educativo, sin saber que, desde hace más de
medio siglo, los profesores fueron convertidos en técnicos que aplican
todo aquello que decide el estado.
En De panzazo se
mostraron los vicios que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
tienen desde su fundación: la venta de plazas, las militancias forzosas y
el condicionamiento de beneficios laborales, fueron las líneas que se
decidieron mostrar de aquellas organizaciones. Actualmente, la
dirigencia del SNTE se encuentra en manos de un personaje sin nombre,
que firma acuerdos que condenan las garantías. La dirigencia de la CNTE
se encuentra desarticulada y busca alianzas que le permitan recobrar
aquellas potestades que les fueron quitadas.( n. del e. eso afirma el documental!!)
Con
el gremio desacreditado, la aplicación de la reforma resultaría
sencilla, pues la sociedad civil apoyaría los cambios “necesarios” para
garantizar la calidad educativa. Es así cómo a los maestros se le retiró
íntegramente del artículo 123 de la constitución, llevándolos a dos
renglones del artículo 73, fracción XXV: con la capacidad de “establecer
el servicio profesional docente en términos del artículo tercero”, el
congreso decide las condiciones laborales, las promociones, los
salarios, las seguridades sociales otorgadas y la certidumbre laboral de
millones de profesores al servicio del estado.
El
primer camino para ello fue la aplicación de la evaluación nacional,
elaborada bajo cánones dudosos y con criterios anti-pedagógicos de
origen. Los profesores se sometieron a tres momentos: la presentación de
evidencias de su desempeño, un examen maratónico de cuatro horas y el
diseño de un plan de clase sin apoyo bibliográfico y a ojo de buen
cubero. En la segunda etapa, en términos generales, los profesores se
enfrentaron al reto de responder, en promedio, un reactivo cada 96
segundos. Cabe destacar que la escritura de la planeación contaba como
un inciso del examen.
Los
resultados de la evaluación, publicados en febrero, dan muestra de un
fenómeno interesante. Al evaluar a los profesores en activo con entre
diez y veinte años de servicio, se encontró que el 42 por ciento de
ellos se ubicó en la categoría de bueno, el 35 por ciento fue clasificado como suficiente, sólo el 8 por ciento quedó comodestacado y el 15 fue descrito como insuficiente.
Ese 42 por ciento es la población que actualmente está educando a los
niños, desencadenando automáticamente la pregunta: ¿el problema son los
profesores?
Retomo
una cifra de los resultados finales. Ese 8 por ciento de los profesores
que alcanzaron la calificación de “destacado” fueron acreedores a un
aumento salarial del 30 por ciento (previsto en la reforma). Sin
embargo, la SEP decidió desarticular los salarios de todos los
profesores en servicio con el objetivo de establecer el aumento en
función de un sueldo base de 5 mil pesos al mes. Es decir, decidió que
aquellos que ganaban como sueldo base lo que establecían los anteriores
procesos de actualización docente —la carrera magisterial— deberían
ajustarse al nuevo salario y la cantidad que recibieran por encima de
ello se consideraría una “compensación”. Lo verdaderamente grave es que
este elemento se refleja en las pensiones tras la jubilación, los bonos
otorgados y demás beneficios que se establecieron tras años de lucha del
magisterio. Y por cierto, es improcedente una apelación en materia
laboral, pues recordemos que los docentes son ahora “facultades” del
congreso y ya no trabajadores del estado.
En
estas condiciones trabajan los profesores. Sin agregar si quiera la
carga cada vez mayor de burocracia administrativa, que en nada disminuyó
con la aplicación del programa “Escuela al centro” implementado por
Aurelio Nuño —mismo secretario que declaró que las plazas de directores
administrativos, creadas para disminuir las cargas de papeleo, serían
otorgadas a los aviadores de la
SEP. Ese mismo secretario que declaró, en días pasados, que los
profesores que faltaran a clases el 15 de mayo serían acreedores al
correspondiente descuento (fue domingo).
El
carácter laboral y limitante de la deforma educativa es evidente. Sin
embargo, ya está en función y ha provocado una salida masiva del
servicio profesional, por jubilación o por renuncias. Las aulas se están
quedando sin maestros. Tan sólo cabe decir que aproximadamente el 30
por ciento de las escuelas en el país son multigrado, pues no existen
los docentes necesarios para cubrir las áreas correspondientes. Con un
ambiente tan hostil e incierto, cada vez menos jóvenes deciden
aventurarse a ingresar a la SEP.
Al
respecto, Nuño ha señalado que “cualquier licenciado puede ser
maestro”, provocando con ello que busquen ingresar profesionistas de
todos los campos del conocimiento a la nómina de la SEP, sin siquiera
tener una mínima preparación en el arte de la enseñanza. En esas
condiciones, ¿hay —y habrá— calidad educativa?
Lo
primero que debemos hacer para reformar la “reforma educativa” es
reconocer las responsabilidades que todos los actores del proceso
comparten. No se trata de señalar quiénes son los culpables, sino de
involucrar a toda la población en las estrategias para subsanar los
problemas. El sistema educativo está podrido. Casi cada año se modifican
los sistemas de enseñanza y las estrategias impuestas por la SEP. Es
así que mientras se capacita a los docentes en un nuevo sistema, se
elaboran ya materiales con otro muy distinto. Recordemos en este punto
que la enseñanza a nivel básico, nivel medio y nivel medio superior está
marcada por contenidos forzosos, convirtiendo a los profesores en
técnicos que deben aplicar sistemáticamente lo que marca la línea, pues
de ello dependerá su seguridad laboral. La calidad educativa va más allá
de pintar una barda para justificar un presupuesto; es un ejercicio
continuo de confianza, de libertad y de seguridad de todos y cada uno de
los actores del proceso.
Comentario | Ver todos los comentarios | Me gusta |
Cancelar la suscripción para no recibir entradas de El Presente del Pasado 2.0.
Modifica los ajustes de tu correo electrónico en Administrar suscripciones.
Modifica los ajustes de tu correo electrónico en Administrar suscripciones.
¿Tienes problemas haciendo clic? Copia y pega esta URL en tu navegador:
http://elpresentedelpasado. com/2016/05/16/reformar-la- reforma/
http://elpresentedelpasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario