EL MAESTRO ENSEÑA, APRENDE,
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
DIALOGA Y CONVENCE CON LA PALABRA
Palabrería, despilfarro, nadería
Andrea Bárcena. La Jornada. Infancia y sociedad, sábado 1 de abril de 2017
Son principalmente burócratas
y políticos quienes con gran facilidad pueden sentir y expresar gran
entusiasmo por la nada. Es el caso del muy mal llamado
nuevo modelo educativo, que ni es nuevo ni constituye un modelo, ni sirve para hacer nada en el terreno real de la educación y las escuelas.
No creo que haya habido nunca antes un gobierno en México, ni en
Latinoamérica ni en todo el mundo, capaz de gastar tantos miles de
millones de pesos para crear la nada o mejor dicho: para crear un
discurso vacío, una institucionalidad fantasmal y unas costosas nóminas
insultantes para el magisterio, para la infancia y para la ciudadanía en
general. Aparentar, engañar, fingir han sido los verbos protagonistas
del gobierno y el discurso peñanietistas, de sus dobles mensajes
asumidos fatalmente por el pueblo agobiado por la confusión, el hambre y
el miedo.
La crónica de la anunciada muerte de la escuela pública comenzó con unos millones de libros de texto plagados de errores. Siguió el encarcelamiento de Elba Esther Gordillo, a quien debió juzgarse por sus crímenes contra los maestros y no sólo por su mal habida fortuna, de la cual hasta el día de hoy el gobierno no ha tocado un peso; quizá porque los trofeos de la corrupción son sagrados para nuestra clase política. Posteriormente apareció en escena Emilio Chuayffet con sus groseros perfiles, su despotismo y sus impúdicos negocios con tabletas electrónicas…
La crónica de la anunciada muerte de la escuela pública comenzó con unos millones de libros de texto plagados de errores. Siguió el encarcelamiento de Elba Esther Gordillo, a quien debió juzgarse por sus crímenes contra los maestros y no sólo por su mal habida fortuna, de la cual hasta el día de hoy el gobierno no ha tocado un peso; quizá porque los trofeos de la corrupción son sagrados para nuestra clase política. Posteriormente apareció en escena Emilio Chuayffet con sus groseros perfiles, su despotismo y sus impúdicos negocios con tabletas electrónicas…
Siguieron el abandono real de la infraestructura escolar y
toda clase de maltrato contra los maestros, que contrastaron con los
privilegios de un costosísimo instituto de evaluación que, en vez de
capacitar maestros, se dedicó (con la complicidad de gente que dio
vuelta a sus críticas posturas como Gilberto Guevara Niebla y Sylvia
Schmelkes), a intimidar a los profesores con exámenes devaluatorios al
servicio del interés de lobos empresarios, quienes para apropiarse de la
educación solicitaron que la fuerza legal y moral del magisterio fuera
disuelta.
Y es que el pensamiento neoliberal –si se le puede llamar
pensamiento– y el de los mercaderes nunca podrá comprender la
trascendencia humana y civilizatoria de la educación, porque para ellos
el mundo –todo el mundo– está compuesto sólo de mercancías.
Si no ponemos fin al sistema neoliberal, seguirá cumpliéndose la
advertencia del español Rafael Sánchez Ferlosio: Vendrán más años malos/
y nos harán más ciegos;/ vendrán más años ciegos/ y nos harán más
malos./ Vendrán más años tristes/ y nos harán más fríos/ y nos harán más
secos/ y nos harán más torvos.
PS. Con gran cariño para Polimnia Romana.
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